Título: Flores para la señora Harris
Autor: Paul Gallico
Editorial: Alba
¿Os acordáis de María, mi genial vecina de al lado? Ha vuelto a la carga con más libros prestados, así que esta reseña es gracias a ella.
Como iba a tener que viajar en metro, gracias al desastre que hizo en Madrid Filomena, le pedí este libro, que ya me había recomendado y que era ligero, “buenrollista” y finito. Desde luego, ha cumplido su misión: entretenerme en esos viajes.
La historia, desde luego, promete: una señora de la limpieza londinense cuyo mayor deseo es ir a la tienda de Christian Dior de París y comprarse un vestido. ¿No os parece un argumento genial para un libro?
Sin haceros esperar más, os diré que sí. Me ha parecido un buen libro. Feelgood total, que se agradece, en los tiempos que corren. Una historia breve, bonita, con Londres (ya sabéis mi enamoramiento absoluto) y París (que me encanta, también) como los pilares sobre los que se sustenta y con otro pilar más que también me ha enamorado, casi a primera vista: la señora Harris. Es imposible no morir de amor con esta mujer humilde, chapada a la antigua, trabajadora al máximo… y, sobre todo, tan soñadora. Es, sin duda, uno de esos personajes que se te queda en el corazón para siempre.
Por lo demás, sí quiero hacer algunos apuntes. Ha habido varios momentos que se me han hecho un poco pesados. He tenido la sensación, en algunos fragmentos, de que estaban metidos con calzador para explicar una parte de la historia y, para ser un libro bastante breve, se me ha hecho algo largo…
Aun así, como ya he dicho, me ha parecido una historia bonita que nos deja el corazón un poco más blandito. Recomendado si os gusta el feelgood y si os apetece conocer a esta peculiar y maravillosa protagonista.
Dicho esto, paso a mi análisis:
Puntos fuertes:
El formato: que venga de María, que me lo prestara con esa ilusión de estar compartiendo conmigo un trocito de felicidad y que, además, esta señora Harris haya traído buenas noticias…
Los escenarios: Londres y París. Nada más que añadir salvo un (qué ganas de viajar).
La bondad: justo en esta situación que nos está tocando vivir, pensar que hay personas bondadosas, generosas y dispuestas a alegrar las vidas de los demás es un hecho a recalcar.
La lucha por los sueños: siempre que hablo de este tema (y lo he hablado hace muy poco con una de mis mejores amigas) lo hago en los mismos términos. Creo con firmeza que hay que luchar por los sueños y hacer todo lo que esté en nuestras manos para alcanzarlos, pero sin despegar los pies de la tierra. Hay muchos, muchísimos casos de personas que se “estrellan” por haberse planteado metas inalcanzables o por haber dejado todo lo demás para correr hacia algo inasible. En mi opinión, en un error. Siempre que se tenga uno de esos sueños es mucho más fácil si se tienen en cuenta dos aspectos: el primero, saber si es realista y realizable; el segundo, no hacer que nuestra vida dependa única y exclusivamente de lograr ese sueño. Justo como hace la señora Harris, un ejemplo hasta para esto.
Lo que más me ha gustado: como he recalcado, la protagonista. Sus diálogos, su inocencia, su sencillez, la fuerza con la que lucha por conseguir su sueño, el poso que deja en las personas que la conocen… Ojalá(como dice mi vecina María) hubiera muchas más señoras Harris en el mundo. Sería un mundo mucho más bonito.
Lo que menos me ha gustado: esas partes un poco más densas que me han sobrado, aunque no han sido muchas y son llevaderas.
Mi sensación final es que es un libro bonito, sencillo, muy apropiado para desatancar bloqueos lectores o para intercalar entre lecturas más densas o extensas. Y, sobre todo, un libro recomendable si queréis hacer una nueva amiga literaria y terminar con una sonrisa.
“Si una persona quiere algo con la fuerza suficiente, siempre hay formas de conseguirlo”.
Flores para la señora Harris