Mis mejores y peores lecturas de 2018

El día que se perdió la cordura, de Javier Castillo: aunque me encantó el detalle de mi alumno regalándomelo y me encanta leer novela negra en verano, este libro fue un auténtico fiasco. El claro ejemplo de “mucho ruido y pocas nueces” y de cómo una buena promoción puede hacer triunfar a libros malos, mal escritos (con multitud de errores gramaticales y ortográficos) y seguir estando en todas partes.

Lo mejor: la dedicatoria que mi alumno escribió.

Lo peor: que libros tan malos tengan tanto éxito y otros tantos que son maravillosos se queden en el camino.

Alternativas: El cuarto mono, de J. D. Barker; Morir no es lo que más duele, de Inés Plana

El bestiario de Axlin, de Laura Gallego: uno de los pocos libros de mi vida que no he podido terminar. Creo que el universo Laura Gallego se me hace ya un poco bola porque me parece más de lo mismo. Lentísimo y muy aburrido (y es una trilogía), con monstruos que no dan miedo y una historia de amor muy forzada, me supuso un enorme chasco, ya que lo empecé con muchas ganas.

Lo mejor: que la fantasía en español siga teniendo tanto éxito.

Lo peor: que sean siempre los mismos autores y que valga todo, escriban buenas historias o no.

Alternativas: La niña que bebió luz de luna, de Kelly Barnhill; El castillo ambulante (saga), de Diana Wynne Jones

El guardián de los objetos perdidos, de Ruth Hogan: sin buscar leerlo, comprado por casualidad para gastar una tarjeta regalo solo porque la portada y el título me gustaron, se ha convertido en una de mis mejores lecturas del año. Una historia preciosa, personajes maravillosos, momentos muy especiales… Es una de esas lecturas sencillas y deliciosas. Me ha encantado y lo recomiendo muy, muy, muy mucho.

Solo tu nombre es mi enemigo, de Manuel Francisco Reina: encontrar poesía actual buena, de calidad, bien escrita, con sentimiento hoy en día y no caer en eso que llamo pseudopoesía, mal escrita, simplona, casi sin forma ni fondo y llena de tópicos y traumas ya demasiado manidos es muy complicado. Por suerte, autores como Reina nos regalan versos únicos y poemarios redondos de principio a fin. Una delicia si os gusta la poesía de verdad.

¿Cuáles han sido vuestras mejores y peores lecturas del año?

«Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee».

Miguel de Unamuno

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Crítica: Guardianes de la Ciudadela: El bestiario de Axlin

Título: Guardianes de la Ciudadela: El bestiario de Axlin

Autor: Laura Gallego

Editorial: Montena

Hacía mucho tiempo que los libros de Laura Gallego no me llamaban la atención hasta que salió este, así que no dudé en pedirlo para el Día del Libro y pronto lo tuve entre mis manos.

Como ya os dije, con “la Gallego” me pasa algo curioso: o me encantan sus libros o no me gustan nada de nada. Estaba casi seguro de que este estaría entre los que encantarían, pero mucho me temo que no ha sido así. De hecho, llevaba ya varias páginas pensando en dejarlo y fui leyendo más por ver si me enganchaba en algún momento, pero hoy, en la página 277, he decidido no terminar de leerlo.

No quiero que esta crítica se lea como un ataque a Laura ni pretendo sentar cátedra de nada. De hecho, he pensado no escribirla por si hería algunas sensibilidades o se malinterpretaban mis palabras, pero os prometo que es una opinión que parte de la admiración por una de las autoras más importantes de literatura juvenil a nivel nacional y el reconocimiento de su valía.

Puntos fuertes:

La historia: sí, la historia como tal, la sinopsis, lo que encontramos en la contraportada y que nos cuenta qué va a ocurrir me parece genial (aunque el resultado no me haya convencido).

Los nombres: aunque hay algunos que veo un tanto forzados, me gusta que todos los nombres de los personajes incluyan una letra “x”.

El libro de Axlin: me encanta la importancia que se le da a saber leer y al libro de Axlin.

Lo que más me ha gustado: aunque después me defraudara, la idea me parece muy buena.

Puntos débiles:

El ritmo: muy lento, demasiado para mi gusto.

Que sea una saga: si me he aburrido en 277 páginas, no quiero ni imaginar leerme (si las dos partes siguientes tienen la misma extensión) otras 1300 más. Creo que la historia no da para tanto.

Los monstruos: ninguno me ha dado miedo, los nombres me parecen bastante ridículos y no los veo creíbles.

El amor: llamadme frío o insensible, pero en historias así, el amor me sobra. Si leo fantasía es para perderme en mundos mágicos de la mano de criaturas fantásticas (tal y como me pasó con, por ejemplo, “Memorias de Idhún”), no para que historias de amor tan forzadas como esta me alejen de esos mundos. Había veces en que no sabía si estaba leyendo fantasía o romántica o si la autora era Laura Gallego o Corín Tellado. Frases como “el corazón de xxxxx golpeaba salvajemente contra su pecho. Conocía las reglas no escritas del galanteo…” o diálogos como

– No lo puedo creer ­-murmuró-. Esto es una gran locura.

– Puede que sí -admitió xxxxx-, pero es nuestra locura, y me encanta…

han terminado por obligarme a dejarlo porque, con todo el cariño del mundo, me parecen metidos con calzador, muy manidos y totalmente innecesarios.

Lo que menos me ha gustado: en pocas palabras, me parece un libro muy lento, muy simple y muy aburrido. No sé si lo he leído en un momento inadecuado; si mi edad ya no es la adecuada para leer este tipo de libros; o si, simplemente, los libros de Laura no me aportan nada nuevo. Puede que sea un libro buenísimo y sé que hay mucha gente a la que le ha encantado, pero no es mi caso. Esto, sumado a los puntos débiles, me llevan a buscar una lectura que me entretenga y a despedirme de esta saga aquí.

¿Alguno lo ha leído? ¿Qué opinión tenéis?

¡Un abrazo!

“Hay algunos monstruos que se parecen mucho a los humanos”.

Laura Gallego, Guardianes de la Ciudadela: El bestiario de Axlin

 

 

Crítica: La Emperatriz de los Etéreos

Título: La Emperatriz de los Etéreos

Autor: Laura Gallego

Editorial: Alfaguara

Leí este libro justo después de leer Memorias de Idhún. La saga de los dragones, las serpientes aladas y demás criaturas maravillosas me gustó tanto que quise leer más de Laura.

Os reconozco que con “la Gallego” me pasa algo curioso: o me encantan sus libros o no me gustan nada de nada. Entre los que me encantan están, como os digo, MdI y esta Emperatriz de los Etéreos, pero hay otros que hasta he tenido que dejar a medias porque me aburrían y, siento decirlo, me parecían más de lo mismo. Sin embargo, hay que reconocerle a Laura que ha creado mundos maravillosos y que pensar en fantasía en español lleva asociado pensar en ella, y eso no se lo puede quitar nadie.

Lo importante es que este libro me gustó, creo que se lee muy bien y que es muy recomendable para fomentar la lectura y es un libro que, probablemente, vuelva a leer algún día.

Puntos fuertes:

Los escenarios: el Reino Etéreo, previo al universo “Frozen” me gustó mucho y me hizo vivir la aventura en un escenario distinto a los típicos en la fantasía.

Los personajes: Bipa y Aer me parecen dos protagonistas muy tiernos y muy creíbles (aunque los nombres no me gustan mucho, todo sea dicho).

Lo que más me ha gustado: la travesía de Bipa y lo que se va encontrando a su paso. Viajar con ella por esos parajes helados me resultó muy agradable.

Lo que menos me ha gustado: es un libro que me gustó mucho y que se lee muy bien, así que tampoco encontré nada que no me gustara. Lo único, por ponerle un pero, fue que (si no recuerdo mal) la figura del golem ya aparecía en otro de sus libros y me chocó un poco volver a encontrarla. Por lo demás, es una historia muy entretenida

¿Alguno lo ha leído? ¿Qué opinión tenéis?

¡Un abrazo!

“Quien nunca haya llorado no disfrutará de los momentos de risas”.

Laura Gallego, La Emperatriz de los Etéreos

 

 

Educación, literatura y videoconferencia/ Education, literature and videoconference

Un nuevo autor ha venido hoy a mi instituto, y he vuelto a disfrutar de dos de mis mayores pasiones a la vez: la educación y la literatura. Además, también se ha unido la videoconferencia, así que esta entrada era obligatoria.

El autor ha sido Dan Freedman, escritor de varios libros relacionados con el fútbol. Quizás el fútbol no es precisamente un tema sobre el que yo escribiría, pero Dan ha dado una razón más que suficiente para hacerlo: el fútbol es su mayor pasión. Escribe sobre lo que le gusta, añadiendo vivencias propias y tratando temas tan actuales como el acoso escolar. Y parece que no le va mal del todo.

Me ha recordado un poco a la saga «Sara y las goleadoras«, de Laura Gallego. Unos libros que, sinceramente, no creo que lea, pero que están en las librerías españolas desde hace ya tiempo.

No obstante, dicen que de todo se aprende, ¿no? Por lo que pueda pasar, yo sigo apuntando ideas en mi libreta, para el día en que sean mis libros los que estén en las librerías y bibliotecas y sea yo el que vaya a dar charlas a centros escolares.

«La única manera de hacer un gran trabajo es amando lo que se hace».

Steve Jobs

A new author has come to my school today, and I have enjoyed two of my passions at the same time again: education and literature. Also, videoconferencing is been envolved, so this post was something mandatory.

The author has been Dan Freedman, writer of some books related to football. Maybe football is not exactly a topic that I would write about, but Dan has given the right reason to do so: football is his biggest passion. He writes about what he likes, adding some of his own experiences and talking about issues as factual as bullying. And it seems he is doing pretty well.

It has reminded me of Laura Gallego‘s saga «Sara and the goal scorers«. A saga that, being honest, I don’t think I’ll read, but that you can find in Spanish book shops.

However, they say you can always learn something new, don’t they? Just in case, I keep writing down every idea in my notebook, so I can use them the day my books will be in book shops and libraries and I will be the one going to talk about them to different schools.

«The only way to do great work is to love what you do».

Steve Jobs

El destino de Tamarán…

Los que me conocéis o sois asiduos al blog sabréis qué significa Tamarán… En realidad, significa dos cosas.

Tamarán, como palabra, es el nombre que los guanches le dieron a la isla de Gran Canaria, y significa «tierra de valientes».

Por otra, es parte del título de una saga que espero poder publicar algún día. El primer libro ya está escrito, aunque sigue en proceso de revisión, que está siendo mucho más costoso que escribirlo, aunque absolutamente necesario. Se trata de una saga de lo que se conoce como literatura juvenil fantástica, con elementos parecidos a los que pueden aparecer en Las crónicas de Narnia, Memorias de Idhún o La historia interminable, sin que esto sirva como una comparación con ninguna de ellas.

Empecé a escribirlo el año que estuve viviendo en Florencia, después de un sueño en el que un niño descendía por un sendero hasta que encontraba una cascada que alimentaba un lago. Al principio no pensé que de ese sueño fuera a salir algo tan «ambicioso». Quizás un relato corto, un cuento… Pero nunca creí que escribiría un libro de, por el momento, más de doscientas páginas (a ordenador), ni mucho menos que tuviera en mente ya las dos partes siguientes e, incluso, comenzada la segunda.

La verdad es que ha sido un trabajo muy duro, pero he podido experimentar la increíble sensación de ir dándole vida a los distintos personajes, de crear piedra a piedra un mundo totalmente nuevo, de tomar decisiones sobre todo lo que iba aconteciendo… Seguro que aún tengo que mejorar muchas cosas, que todavía me quedan muchas horas delante del ordenador cambiando, eliminando o añadiendo nuevas palabras, pero tengo la ilusión de que, algún día, todos podáis leer algo más que este principio que os dejo… ¡Espero que os pique el gusanillo! Por supuesto, la ilustración para la portada es de Marta Marbán de Frutos.

Hay instantes en los que la rueda de la vida puede dar un giro tan brusco que todo lo que nos rodea, sin apenas esperarlo, se desmorona ante nuestros propios ojos. Momentos en los que nuestra existencia se ve transformada de repente, sin que podamos hacer nada para evitarlo. De este modo, la vida de Gabriel cambió en un solo instante, en un solo momento, y ya nunca volvería a ser la misma.

Papá, y ¿por qué?

¿Por qué, qué, hijo?

¿Por qué la gente tiene que morir?

Gaby, la gente muere porque se hace mayor. Más que morirse es como acabárseles la vida, como una estrella a la que se le apaga la luz.

¿Y los niños? ¿Los niños por qué mueren?

Los niños están llenos de luz, hijo, pero a veces esa luz también se apaga, y cuando sucede es algo tan incomprensible que la gente que conoce a ese niño también se queda casi a oscuras, también se va quedando sin luz.

Y así era como se sentía Ángel desde el accidente, en la más profunda oscuridad.

«Es el mundo de las Fantasías humanas. Cada parte, cada criatura, pertenecen al mundo de los sueños y esperanzas de la humanidad. Por consiguiente, no existen límites para Fantasía…»

Michael Ende, La historia interminable

Un estímulo para los escritores y una gran ayuda para los maestros

Aprovechando que estoy en el país vecino de uno de mis escritores favoritos, voy a dedicarle la entrada de esta semana.

Cardiff tuvo el inmenso honor de ver nacer al genial Roald Dahl, uno de los autores más famosos de la historia, al menos en cuanto a literatura infantil y juvenil se refiere. Con títulos como «Matilda«, «Charlie y la fábrica de chocolate» o «James y el melocotón gigante» y con muchas de sus obras llevadas al cine, al teatro o convertidas en musicales, este autor galés es, al menos para mí, un claro ejemplo a seguir.

Alguna vez me he preguntado cuál es la clave de su éxito, y creo que la respuesta es bien sencilla. Sus libros son cercanos, muy divertidos y los personajes (muchos de ellos, niños y niñas con habilidades o características muy especiales) están maravillosamente creados. Por otra parte, tuvo la suerte de dar con un Quentin Blake, un ilustrador único que supo llenar sus libros de unos dibujos tan únicos como él mismo. Después de haber conocido a Marta Marbán de Frutos, mi ilustradora (se me llena la boca de orgullo), soy muy consciente de la importancia que tienen dar con un buen ilustrador. En este aspecto, tanto Roald Dahl como yo hemos sido muy, muy afortunados.

Aunque no podría decantarme por un solo libro, quizás sí pueda hacerlo por un personaje en particular que, además, le viene muy bien a este blog. No es otro que esa pequeña niña que devora libros y que, por esa razón, tiene unos conocimientos inmensos sobre muchísimos aspectos de la vida. Matilda es, llevado hasta el límite, el tipo de alumno que todo maestro quisiera tener en su clase. Si todo maestro leyera este magnífico libro, es muy probable que entendieran un poco más la importancia que tiene fomentar la lectura en estas edades tan cruciales.

También, y enlazando con la entrada sobre la poesía, me gustaría recomendar otro libro suyo, quizás no tan conocido, pero divertido al máximo y que podrá ayudarnos a trabajar tanto la poesía como el inglésRevolting Rhymes, una visión diferente de los cuentos clásicos. Si lo leéis, estoy seguro de que no os arrepentiréis.

Termino dándole las gracias al propio Roald Dahl (que, curiosamente, murió un 23 de noviembre, el día en que yo nací, aunque cinco años más tarde) y a todos los demás autores de literatura infantil y juvenil que hacen que este duro camino se vuelva un poco más llevadero. Gracias a Jordi Sierra i Fabra, a Laura Gallego y a tantos otros que luchan porque los niños y los jóvenes se acerquen con más facilidad a la literatura, pues además de un estímulo para los escritores, son una gran ayuda para los maestros.

«Los secretos más grandes se ocultan siempre en los lugares más inverosímiles».

Roald Dahl (El superzorro)