Aprovechando que estoy en el país vecino de uno de mis escritores favoritos, voy a dedicarle la entrada de esta semana.
Cardiff tuvo el inmenso honor de ver nacer al genial Roald Dahl, uno de los autores más famosos de la historia, al menos en cuanto a literatura infantil y juvenil se refiere. Con títulos como «Matilda«, «Charlie y la fábrica de chocolate» o «James y el melocotón gigante» y con muchas de sus obras llevadas al cine, al teatro o convertidas en musicales, este autor galés es, al menos para mí, un claro ejemplo a seguir.
Alguna vez me he preguntado cuál es la clave de su éxito, y creo que la respuesta es bien sencilla. Sus libros son cercanos, muy divertidos y los personajes (muchos de ellos, niños y niñas con habilidades o características muy especiales) están maravillosamente creados. Por otra parte, tuvo la suerte de dar con un Quentin Blake, un ilustrador único que supo llenar sus libros de unos dibujos tan únicos como él mismo. Después de haber conocido a Marta Marbán de Frutos, mi ilustradora (se me llena la boca de orgullo), soy muy consciente de la importancia que tienen dar con un buen ilustrador. En este aspecto, tanto Roald Dahl como yo hemos sido muy, muy afortunados.
Aunque no podría decantarme por un solo libro, quizás sí pueda hacerlo por un personaje en particular que, además, le viene muy bien a este blog. No es otro que esa pequeña niña que devora libros y que, por esa razón, tiene unos conocimientos inmensos sobre muchísimos aspectos de la vida. Matilda es, llevado hasta el límite, el tipo de alumno que todo maestro quisiera tener en su clase. Si todo maestro leyera este magnífico libro, es muy probable que entendieran un poco más la importancia que tiene fomentar la lectura en estas edades tan cruciales.
También, y enlazando con la entrada sobre la poesía, me gustaría recomendar otro libro suyo, quizás no tan conocido, pero divertido al máximo y que podrá ayudarnos a trabajar tanto la poesía como el inglés: Revolting Rhymes, una visión diferente de los cuentos clásicos. Si lo leéis, estoy seguro de que no os arrepentiréis.
Termino dándole las gracias al propio Roald Dahl (que, curiosamente, murió un 23 de noviembre, el día en que yo nací, aunque cinco años más tarde) y a todos los demás autores de literatura infantil y juvenil que hacen que este duro camino se vuelva un poco más llevadero. Gracias a Jordi Sierra i Fabra, a Laura Gallego y a tantos otros que luchan porque los niños y los jóvenes se acerquen con más facilidad a la literatura, pues además de un estímulo para los escritores, son una gran ayuda para los maestros.
«Los secretos más grandes se ocultan siempre en los lugares más inverosímiles».
Roald Dahl (El superzorro)
Nunca olvidaré cuentos como el de matilda que leí de pequeño y me entusiasmó. Lo mejor de los libros es poder disfrutar y dejar volar la imaginación con todos y cada uno de los personajes.
Matilda es uno de los mejores libros de literatura infantil de la historia sin lugar a duda alguna, y lo mejor de todo es que es un libro que puede disfrutarse a cualquier edad.
Gracias por el comentario, Víctor.
Jorge, el ilustrador se llama Quentin Blake ; ) Yo creo que el éxito de Roald Dahl era que escribía libros para niños pero los trataba como adultos, utilizando un sentido del humor muy maduro e inglés. Un autor recomendable para todas las edades.
Ay… Sé de sobra que el ilustrador es Quientin Blake… Me he confundido con Quentin Bell, sobrino y biógrafo de mi otra escritora favorita, también británica, Virginia Woolf 😉
Gracias por la corrección y por el comentario, yo también pienso, como digo en la entrada, que el humor de Dahl es una de las claves de su éxito, tanto entre niños como en jóvenes y adultos.
Un abrazo muy grande 🙂
Pd. Raro que no me digas nada sobre cierta autora infantil que a los dos nos gusta mucho… Quizás le dedique una entrada a ella algún día…
Qué ganas de que se publique tu libro y empiece de verdad tu andadura como escritor. ¡Sé que llegarás lejos!
¡Muchas gracias, Mónica! Yo también tengo ya muchas ganas… ¡Imagínate! De tenerlo en mis manos y de poder compartirlo con todos vosotros.
¡Un besazo!
Me encanta Matilda, es una obra literaria para disfrutar como lector y como maestr@. La entrada de hoy es muy especial pues trae a la memoria recuerdos de la facultad y de nuestra excelente profesora Marta de Hoyos.
Como encargo personal te pido que un día aportes tu opinión sobre Sapo y Sepo y Arnold Lobel, porque también forman parte de nuestra experiencia personal y de nuestra labor educacional.
(¡Imapaciente por tener tu libro entre mis manos!)
Querida Marta, esa es otra de las grandes suertes que un alumno puede tener, contar con buenos profesores, tal y como nosotros pudimos contar con la maravillosa Marta de Hoyos, que tanto y con tanto cariño nos enseñó. Sobre Matilda hay poco que decir ya. Veremos si Sapo y Sepo entran también en mis recomendaciones… ¡Pero gracias por el comentario y por el consejo!
¡Un beso muy grande!