Crítica: Anna Kadabra. El Club de la Luna Llena

Título: Anna Kadabra. El Club de la Luna Llena

Autor: Pedro Mañas

Ilustrador: David Sierra Listón

Editorial: Destino

Descubrí a Pedro Mañas gracias a una amiga profe a la que pedí recomendaciones de poesía infantil (que ya sabéis que me encanta). Entre otros autores (como Mar Benegas, de quien ya os hablé), citó a Pedro. Y yo, que soy muy obediente, compré “Poemas para leer antes de leer”, y me encantó.

A Partir de ahí, lo que tocaba. Seguí a Pedro en redes y descubrí que, además de un autor muy prolífico y muy premiado (menos mal que también se premia a gente que sabe escribir y que lo hace muy bien), es un tío muy cercano y muy majo.

Sabiendo todo eso, y después de leer más cositas suyas y apuntarme muchas más para leer, puedo afirmar varias cosas: es uno de los autores actuales más importantes de literatura infantil español y, sí, si hay algún autor ahora mismo al que me gustaría parecerme, sería a él.

Ya reseñé “Poemas de leer antes de leer”:

https://jorgepozosoriano.com/tag/poemas-para-leer-antes-de-leer/

y me parece un librazo de poesía. Ahora, tras leer algo muy distinto, pienso lo mismo. Sabéis que pienso que la poesía es la raíz de la literatura y que es el mejor maestro para los escritores. Dudo que cualquier novelista pueda escribir poesía, pero estoy casi seguro de que cualquiera que sepa escribir (bien) poesía, puede escribir novela. Esto le ocurre a Pedro. Con una poesía tan bien escrita, es comprensible que escriba así de bien otro tipo de libros.

Por otra parte, leer literatura infantil a mi edad (y sé que esto suena muy viejuno) me hace ser muy crítico. Me pongo en el papel de niño, no os creáis. Por suerte, mi día a día con niños de esas edades me hace entender bastante bien cómo funcionan. Además, como les leo y como leemos tanto, sé qué les gusta, qué les hace gracia, qué les aburre… Estoy cien por cien convencido de que Anna Kadabra les encantaría (me consta que a muchos les ocurre, además de a mis vecinas, que son quienes me los han prestado). El texto justo, muy divertido, muy próximo a ellos y, además… qué ilustraciones más maravillosas. Además de asegurarme de que Pedro es un gran escritor, he descubierto, en David Sierra Listón, a un grandísimo ilustrador.

Dicho todo esto (aunque me enrollaría mucho más), paso a mi análisis.

Puntos fuertes:

Marca España (jeje): ¿hay algo que beneficie más a un país que la cultura? En mi opinión, no. Siempre he pensado que España se vende fatal. Que tenemos muchísimo que ofrecer y que no se nos ve como un país importante y, al final, otros países nos comen la tostada en cosas en las que somos incomparables (vino, aceite, embutido… por ir a lo gastronómico). En la literatura nos pasa algo parecido. Hace poco pregunté en Instagram por poetas españolas y salieron dos o tres. Creo que, si preguntara por autores españoles de literatura infantil, ocurriría algo parecido. Y tenemos un potencial en literatura infantil bestial. Para muestra, un botón. Amigos, amigas, si buscáis lecturas para los peques este verano, id a lo nuestro, que hay mucho y muy bueno. Esta serie es un muy buen ejemplo.

El humor: no es nada fácil que un libro infantil tenga humor, aunque pueda parecerlo. Hay que conocer muy bien el humor de esas edades, su mundo, su forma de pensar… Hay muchos libros que se venden como muy divertidos y no tienen ni pizca de gracia, pero este no es el caso. Es un libro con mucho humor, y con humor para quienes va dirigido.

Los personajes: bien definidos, con sus poderes correspondientes, sus personalidades… Eso es algo que siempre me ha gustado (algo por lo que me encantan los superhéroes, por ejemplo).

Las ilustraciones: como os he dicho, espectaculares. Y muchas, que es lo que los niños de estas edades necesitan.

Lo que más me ha gustado: saber que hay series así, de autores e ilustradores nacionales, tan bien creadas.

Lo que menos me ha gustado: pues es uno de esos libros a los que no les cambiaría ni una coma. Recomendado al cien por cien.

¿Conocíais al autor? A los que no, ¿creéis que lo haréis algún día?

Gracias y un abrazo para todos.

“Lo que vas a leer es la historia de cómo supe que era bruja…”.

Pedro Mañas en “Anna Kadabra. El Club de la Luna Llena”.

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Wicked!

Pues sí, la entrada de esta semana va sobre el musical «Wicked«, al que fui anteayer con mi amiga Belén. Desde que llegué a Londres, una de las cosas que tenía que hacer sí o sí era ir a verlo, y por fin, lo cumplí.

Será la historia. Serán las canciones. Será por Glee. El caso es que me encantó y que disfrutamos como dos enanos desde el principio hasta el final, especialmente, cuando cantaron «Defying gravity«.

Brujas, animales que hablan, magia, poesía… Y mi cabeza ya daba vueltas pensando en alguna historia que pudiera escribir en el futuro con alguna de esas cosas. Y ya tomé algunas notas mentales con ideas sobre una posible historia, con rima, con magia y, como siempre, llena de ilusión.

A veces, tener una experiencia creativa te empuja a ser creativo, y Wicked fue una experiencia única e inolvidable que, además de disfrutar, me inspiró para un nuevo posible proyecto

«Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido».

Ursula K. Leguin

So, yes, the post of this week is about «Wicked«, the musical, my plan for last Monday with my friend Belén. Since I came to London, one of the things I knew I should do was going to watch it, so, finally, I did it.

Maybe it is the story. Maybe, the songs. Maybe it is because of Glee. The thing is that I loved it and we enjoyed like two kids from the first word to the last one, specially when they sang «Defying gravity«.

Witches, animals that can talk, magic, poetry… And my head was thinking about some story that I could write in the future with some of these elements. And I took some mental notes with ideas for a possible story, with rhyme, with magic and, as I always do, full of illusion.

Sometimes, having a creative experience pulls you to be creative, and Wicked was a unique and unforgettable experience that, apart from been enjoyed, it also inspired me to start a new project

«The creative adult is the child that has survived».

Ursula K. Leguin

Fantástica fantasía/ Fantastic fantasy

Hay algunas personas que consideran que la literatura juvenil-fantástica no debería compararse con la literatura «tradicional». Yo me pregunto, ¿por qué? ¿Qué diferencias tan grandes existen? ¿El público al que se dirige? ¿El tipo de escenarios? ¿Los personajes? ¿Los argumentos?

Si la literatura es el «arte que emplea como instrumento la palabra», ¿por qué ha de ser un género más o menos literatura que otro?

Quizás sea que el éxito abrumador que sagas como Harry Potter, Crepúsculo, Los Juegos del Hambre o, yéndonos a lo nacional, Memorias de Idhún lo que «enfada» a aquellos cuya opinión no es positiva acerca de la fantasía. No hablamos solo de los libros. Cualquier saga que se digne (a excepción de lo escrito en España, aunque no se entienda) tiene sus películas, igual o más de exitosas. ¿Qué me decís de Juego de Tronos? Fantasía pura y dura, brujas y dragones incluidos, y millones de personas leyendo los libros y/o viendo la serie (que es espectacular, todo sea dicho). ¿No es esto literatura?

Siempre desde la humilde opinión de quien intenta hacerse un hueco como escritor infantil-juvenil, os digo que lo es. Mientras he estado escribiendo El destino de Tamarán he podido experimentar lo que significa escribir un libro, escribir literatura y, aunque mis libros cuenten con criaturas y mundos fantásticos, animales que hablan u otros elementos fantásticos, el proceso, la intención y el resultado son los mismos que si escribiera sobre algo real.

Por todo esto, a los que piensan que la literatura fantástica es un género menor, los invito a que se olviden de los prejuicios y lean alguno de estos libros con el único propósito de disfrutar la lectura porque, al fin y al cabo, eso es lo que buscamos en un libro, ¿no?

«Solo la fantasía permanece siempre joven; lo que no ha ocurrido jamás no envejece nunca».

Friedrich Schiller

 

There are some people who think that fantasy and young literature should not be compared to “traditional” literature. I wonder, why? What are the huge differences between them? The target? The kind of scnearios? The characters? The plots?

If literatura is the “Written works, especially those considered of superior or lasting artistic merit”, why should it be a minor genre?

Maybe is the extremely success of sagas as Harry Potter, Twilight, The Hunger Games or, talking about Spain, Memorias de Idhún what upsets those whose opinions about fantasy  is not that positive. We are not talking just about books. Each saga has its own movies (with the exception of those written in Spain, even if it has no sense at all), with the same success. What about Game of Thrones? Pure fantasy, witches and dragons included, and millions of people reading the books and/or watching the tv show (amazing, by the way). Isn’t it literature?

Always from the humble opinión of one who is trying to find his place as a kids and Young writer, iI say it is. While I have been writing El destino de Tamarán I have had the chance of experimenting what writing a book means, writing literature and, even if my books have fantastic creatures and worlds, animals that are able to talk or any other fantastic elements, the process, the goal and the result are the same ones as if I was writing about something real.

Because all that, to those who think that fantastic literature, I invite them to forget about prejudices and to read some of these books with the only purpose of enjoying the reading because, at the end, this is what we look for when we read a book, isn’t it?

«Only fantasy remains young forever; what has never happened can never get older».

Friedrich Schiller

 

La bruja de la burbuja

Hoy os dejo un pequeño cuento rimado que también escribí para la asignatura «Lectura y escritura creativa», para que podáis ir conociendo un poco más de las cosas que hago… Los dibujos son de mi madre, ¡que es una artista! Espero que os guste y que os vayáis animando más a dejar algún comentario.

Vivía Bibiana en una burbuja que siempre flotaba y flotaba y que, con magia de bruja, nunca jamás se pinchaba.

Era una bruja, Bibiana, como las de los viejos cuentos. Sombrero de punta, piel verde rana, nariz con verruga y melena al viento.

En su casa voladora por todo el mundo viajaba. Desde la India hasta Angola, pasando por Perú y Holanda.

 

De aventura en aventura conocía mil secretos. Era la bruja más astuta que hubo en todos los tiempos.

Un día que estaba aburrida tuvo una brillante idea: A todas las guapas de China las convertiría en feas.

Pensó: “¡Uy, qué divertido!” Las chinas lloraban de pena. “¡Esto hay que repetirlo!” Y voló hasta Venezuela.

A todas las flacas, las volvió obesas. Las chicas gritaban de rabia. “¡Quiero hacer otra de estas!” Y se fue hasta Tanzania.

 

Cuando ya había acabado de robarles la belleza pensó: “¡es un milagro! ¡Ahora yo soy la más bella!”

Para de todas burlarse volvió a recorrer el planeta. Pero más que alegrarse, se quedó bastante inquieta.

Todas las chicas reían, jugaban, estaban contentas. Bibiana no lo entendía. “¡Si son feas y grasientas!”

 

Las chicas, al verla arriba, gritaron hacia su burbuja: “¡Nosotras tenemos amigas! ¡No como tú, mala bruja!”

«Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos».

Cicerón