Título: Los despertares
Autor: Marina Casado
Editorial: Ediciones de la Torre
El destino ha querido que este, el primer poemario publicado por Marina Casado, me haya llegado después de haber leído otros tres (solo me queda leer “Mi nombre de agua”) y su novela juvenil. Spoiler: me lo he bebido.
Tanto hablando con ella (qué suerte ser amigo de una poeta a la que admiro tantísimo) como en el prólogo que introduce esta segunda edición (a cargo de la autora) como, también, en la dedicatoria que me escribió en el libro, Marina afirma sentir cierto “recelo” por este libro, por estos primeros poemas suyo publicados, justificándose (como si lo necesitara) en que era muy joven, muy inexperta y muy ilusa. ¿Mi opinión? Marina, siéntete muy orgullosa de que este fuera tu primer poemario publicado, porque es una maravilla.
Porque puede pecar de inocente, sí. Quizá beba demasiado del simbolismo (¿es esto un error? No lo creo). Puede contener algunas rimas que hoy no incluiría. Pero lo esencial es que es un librazo, que demuestra un conocimiento y unas habilidades poéticas a la altura de muy pocos, qué decir si hablamos de los primeros poemarios, casi siempre algo “alocados”.
Ya lo deja claro, además de en su poesía, cuando cita a poetas de la talla de Alberti, Cernuda, Alejandra Pizarnik o Dámaso Alonso, sin descuidar la maestría en la obra de Lewis Carroll, de la que hace gala en la última parte, donde Alicia es (si no me equivoco) un alter ego de Marina que reniega de sí misma, que se evita, que se esconde, que desaparece… para, finalmente, reafirmarse, hacer fuerte su voz, volverse una titánide.
Marina sabe (mucho) de poesía, y es algo que se ve ya en este primer poemario. Nos lleva de viaje por las distintas emociones; los meses más otoñales, con sus tonos dorados y tristes; por otros colores más azules y verdes cuando habla de la felicidad. Nos acerca a La Bella Durmiente y a Alicia, desde una perspectiva nueva, tridimensional, actual y fresca, con evocaciones al rock (ahí están las citas de Jim Morrison y su aparición como protagonista de algunos poemas), a la cultura pop, a las drogas, al absurdo típico de Carroll, pero con la brillantez de una de las mejores poetas en lengua española que tenemos. Una apuesta arriesgada, sí, pero resuelta con la solvencia habitual en Casado.
Quiero compartir con vosotros y vosotras algunos de los versos que más me han gustado, como suelo hacer, para dejaros el señuelo antes de que empecéis a leer a Marina…
De INEVITABLE MAR
“Estoy sola y el mundo tiembla
y siento la llamada del océano
que agita nombres grises en su lecho de muerte.
[…]
Era una niña tan anciana
que de mis manos se desprendían mariposas
y del fruto carnoso de mis labios
nacían los enigmas transparentes
que componen el viento.
[…]
Pero el mar no dejó que mi sombra naciera,
y sin sombra es difícil escalar realidades;
por eso estoy perdida y olvido este presente”.
De UN LUCERO MÁS
“y tú ya no eres tú
sino solo un lucero más sin nombre
dibujado en la esquina del raído presente”.
De ALICIA MULTIPLICADA II
“Una noche sin sombras,
Alicia descubrió la Madriguera
en el estrecho fondo de un vaso de cubata”
Y el poema A PROPÓSITO DE LA TRISTEZA lo copiaría entero, porque es una auténtica preciosidad, tan solo fijaos en los dos primeros versos:
“Estar triste es un mundo
alojado en los bordes del otoño”.
¿Qué le voy a hacer? Si, además de una persona maravillosa, es una POETA con mayúsculas, hay que decirlo.
Dicho esto, voy con mi análisis con lo que más y lo que menos me ha gustado del libro.
Lo que más me ha gustado: descubrir a esta Marina-Alicia-Belladurmiente-Cisne tan joven, tan suya ya desde los inicios, y comprender mejor de dónde viene la poesía de Marina Casado desde su origen. Además, como he dicho, ese “A propósito de la tristeza”, que pasa a ser ya un poema de cabecera que releeré de forma recurrente.
Lo que menos me ha gustado: quizá, por decir algo, el haber incluido los poemas todos seguidos y no al inicio de cada página, porque da una cierta sensación de agobio.
¿Conocéis a la autora? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?
¡Un abrazo!
“Octubre se va lleno de atardeceres rotos”.
Fragmento de “Octubre”, Marina Casado