Crítica: Me duele respirar

Título: Me duele respirar

Autor: William González Guevara

Editorial: Valparaíso

IV Premio de Poesía Hispanoamericana “Francisco Ruiz Udiel”

Quedaos con el nombre, porque William González Guevara es ya uno de los grandes poetas del momento

Lo demostró con su primer poemario publicado, Los nadies (Hiperión, Premio Antonio Carvajal) y lo ha dejado solo no solo sumando este Me duele respirar y su correspondiente premio, sino que, también, añade haber ganado el Premio Hiperión con Inmigrantes de segunda, que publicará Hiperión en el mes de mayo de este 2023.

Tres libros con tres premios como tres soles. Porque, sí, hay veces en las que los premios, pues ya se sabe, pero todo lo que premien a William es merecido, todo lo que premien la poesía de William es poesía.

Porque William González Guevara es uno de esos poetas que escribe desde la entraña, sin artificio, desde una experiencia que conoce muy bien y que comparte a través de una literatura tan dolorosa como cierta, tan acertada como agitadora. Habla, sobre todo, de las injusticias, de la pobreza, de ganarse el pan, del desarraigo, de Nicaragua, su país, de su gente, de esos “nadies” de los que tan orgulloso se siente y a quienes defiende con su palabra. Habla, también, desde otras voces, porque, a pesar de su juventud, tiene los bolsillos llenos de versos de compatriotas como Rubén DaríoErnesto Cardenal o Gioconca Belli y de poetas españoles como LorcaHernández o Manuel Francisco Reina. Buen fondo, desde luego, para escribir poesía.

Además, si añadimos que es un chico majísimo, humilde, sencillo, con los pies muy en la tierra, leal con los suyos, curioso por saber más, por conocer más, por llegar más lejos, tenemos a un poeta con un recorrido que, si bien acaba de empezar, será muy, muy largo.

Este libro, este Me duele respirar, es una brutalidad. Hacía mucho tiempo que un poemario no me dolía tanto, que no me hacía parar para digerir lo que acababa de leer, para asumir que todo era cierto, que esa violencia, que esas muertes, que ese llanto era tan real como la vida. Y me ha ocurrido con cada uno de los poemas que dan forma a este libro. Me duele, a mí también, este respirar del que William nos hace partícipes. Me siento ya un poco nicaragüense. Un poco “nadie”. Un poco exiliado. Este libro es la voz de quienes la perdieron o tuvieron que silenciarla. La voz de aquel abril tan sangriento. La voz de estudiantes asesinados, de madres que arrastran tumbas con sus hijos dentro, de quienes tienen que ver lo que ocurre en su Nicaragua a miles de kilómetros.

Un libro, en definitiva, absolutamente necesario y que tendrían que leer todos y cada uno de los y las nicaragüenses.

Lo que más me ha gustado: desde mi ya conocido “masoquismo” poético, he sentido tan dentro todo el dolor que hay en este libro que me he reafirmado aún más en la importancia de la poesía y de los buenos poetas. Ya sabéis, poesía, SIEMPRE.

Lo que menos me ha gustado: ese mismo dolor, porque yo lo he vivido de lejos, pero hay quienes, como William, lo ha vivido muy de cerca, y eso es muy duro de asumir.

¿Conocéis al autor? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?

¡Un abrazo!

“¿Cómo le explico al niño que hay en mí

lo valiente que ha sido al empuñar

una pluma y no un arma?”.

Wiliam González Guevara

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Crítica: Los nadies

Título: Los nadies

Autor: William Alexander González Guevara

Editorial: Hiperión

XXV Premio de Poesía Joven “Antonio Carvajal”

Mi historia con William es, permitidme que lo diga, una historia muy bonita. Para resumir e ir a lo que importa –este librazo–, diré que me pidió una entrevista para El Generacional cuando gané el Antonio Gala el año pasado, que la siguiente persona a la que entrevistó fue a Marina Casado, hoy una de mis personas fundamentales y una de mis poetas favoritas, y que, después de eso y de vernos en algunos encuentros literarios, nos reencontramos, una vez más, gracias a la poesía. Esta vez, eso sí, a la suya.

Y qué manera de empezar en esto de la poesía, William. Ya no solo por el premio, que también (de esto de los premios hablamos en esa entrevista), sino por el pedazo de poemario con el que te has estrenado. Qué bestia para tener la edad que tienes y ser lo primero que publicas. Qué recorrido más prometedor tienes por delante…

Supongo que esto pasa (y aquí voy a elucubrar como me apetezca) por varios motivos. Sin que el orden importe, William es una persona que tiene los tres elementos fundamentales para ser un buen poeta: una es el talento innato (no, no todo el mundo puede escribir bien poesía); otra es lo que ha leído, lo que ha escuchado, lo que se ha interesado por saber y por aprender (no, no todos los “poetas” lo hacen); y otra es ser un currante y ser muy exigente consigo mismo. Esos tres puntos, cumplidos de sobra. Si a todo esto, además, le sumamos que su vida, a pesar de su corta edad, es ya una vida muy larga, es difícil que el resultado no sea tan bueno como el que encontramos en este libro.

Porque este es uno de esos poemarios que no tendrían que haberse escrito porque implican sufrimiento, pero que, una vez ahí, es necesario escribir. Ya sabéis eso que Félix Grande escribió para el libro (librazo) La paternidad de Darth Vader, del tan querido y admirado por William y por mí Manuel Francisco Reina, eso de “hay que poner al dolor a trabajar al servicio de la vida”. A esta maravilla de consejo, yo le sumo que, si ese dolor lo experimenta un poeta, también hay que poner al dolor a trabajar al servicio de la poesía, o poner a la poesía a trabajar en contra del dolor. No sé cuál de las dos opciones sería más acertada.

En este poemario, como digo, hay sufrimiento, hay dolor. Hay injusticia, denuncia, hambre, tristeza, nostalgia… pero, también, hay amor, hay fortaleza, resiliencia, lucha, hermandad. Y hay mucha y muy buena poesía, con todas sus armas afiladas y a punto, con sus escudos y armaduras, también, protegiendo al poeta.

Y yo me alegro mucho de que el primer libro de William, este maravilloso Los nadies, llegue de esta forma tan potente. Con premio. Con esta editorial. Con esta edición. Porque, no, tampoco los premios son siempre justos, pero es buenísimo saber que a veces sí lo son, como es este caso, y que se premia calidad, compromiso y buena poesía.

Enhorabuena, William. Por este y por el reciente y prestigiosísimo IV Premio de Poesía Ruiz Udiel. Me hace muy feliz que la vida, también, sea capaz de sonreírte.

Lo que más me ha gustado: ¿hace falta decir algo más? Leed el libro y veréis que es un libro espectacular.

Lo que menos me ha gustado: justo eso de lo que hablo, saber que, a veces, detrás de un poemario bueno hay dolor y sufrimiento, más aún cuando se trata de alguien a quien se tiene cierto cariño. 

¿Conocéis al autor? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?

¡Un abrazo!

“¿Habrás echado de menos tu patria?

Sabes de lo que hablo,

ese sabor amargo de nostalgia”.

 Fragmento de “Prefacio”, William Alexander González Guevara