Crítica: Casa Árbol Persona

Título: Casa Árbol Persona

Autora: José Manuel Gallardo

Editorial: Huerga & Fierro

Me habría encantado leer este libro cuando aún no sabía cómo manejar la poesía.

Habría sido un punto muy a favor a la hora de comprender mejor los porqués del quehacer poético, de conocer los motivos (si es que los hay) por los que escribimos poesía, de abrazar la belleza del mundo y del propio proceso de escritura como quien sonríe ante la risa de un niño pequeño.

No fue así. No encontré este libro en ese momento, sino cuando ya sabía un poco de todas esas cosas, cuando ya había dado algún paso hacia esa comprensión, hacia mis porqués, hacia mis motivos, hacia mi búsqueda de la belleza. Aun así, qué gusto leer un poemario que ratifica mis suposiciones, que se suma a todos mis pensamientos acerca de por qué escribo, de cómo escribo, de desde dónde escribo. Porque JoséManuel Gallardo viene con un libro de poesía sobre la propia poesía, sobre el proceso creativo al escribir, sobre el acto poético, que es una delicia y que nos acerca un poco más a la ansiada paz, a lo bello, a lo sencillo.

También hay tiempo para tratar otros temas, como la memoria, la familia, el transcurso vital del autor (mar-camino), que fluyen como esos ríos mencionados en algunos poemas, como esa agua que acoge y guía nuestros pasos, como esa tierra que los recibe y los empuja para seguir avanzando.

Casa. Árbol. Persona. Poeta (añadiría yo).

Un gusto confirmar que la poesía sigue estando, a pesar de (casi) todo(s), en las manos de personas que la tratan como merece.

Lo que más me ha gustado: la sencillez, pues me ha aportado una buena dosis de tranquilidad.

Lo que menos me ha gustado: por sacar algo (y ni siquiera estoy seguro), he decir que, a pesar de que me parecen muy bonitas, no termino de ver que un libro de poesía lleve ilustraciones. No es, como digo, ninguna crítica a la ilustradora, porque sus ilustraciones son preciosas, ni pretendo contrariar la decisión del poeta de incluirlas, pero las veo y, aunque me gustan, siento que no las necesito.

“Si este soy yo,

si soy un cuerpo,

un árbol,

una casa”.

José Manuel Gallardo

Crítica: Una muerte íntima

Título: Una muerte íntima

Autora: Teresa Núñez 

Editorial: Huerga & Fierro

Premio Nacional de Poesía “Ciega de Manzanares” 2022

Este libro ganó el “Ciega de Manzanares” el año antes que yo, por lo que tuve la suerte de compartir acto con su autora, de poder escuchar cómo recitaba algunos de los poemas y de conversar un rato con ella.

Si os soy sincero, no me lo monté muy bien (y me arrepiento de no haberlo hecho). No investigué absolutamente nada sobre ella ni sobre el libro, y creo que tendría que haberlo hecho (enero ha sido un mes muy complicado, diré a mi favor). Eso sí, quizá la sorpresa fue mayor al saber de ella y de su poesía esa misma tarde, en Manzanares, en el acto en que se me premiaba a mí y se presentaba su libro. Porque me gustó mucho escucharla, igual que me gustó mucho cruzar con ella algunas palabras.

Podría enumerar los premios que atesora Teresa, que son muchos, pero me voy a centrar solo en este poemario, que es el que reseño. 

“Una muerte íntima” es uno de esos libros que se escriben estando mal, tratando de (como dijo Félix Grande), “poner al dolor a trabajar al servicio de la vida”. Una ruptura es una tormenta que hay que atravesar con las fuerzas al mínimo; una ruta que hay que transitar a oscuras; un luto más con el que debemos convivir acompañados de un dolor inmenso. Eso es este poemario. Un libro de un dolor palpable, tanto que está en cada objeto de la casa, en los muebles, en la ropa, en todas y cada una de las habitaciones compartidas. Una forma terapéutica de intentar sanar a través de la escritura. Ya sabéis que es justo esta la poesía que me gusta (y la que yo también he escrito últimamente, la que veréis en mi siguiente poemario, “Alas para los ángeles”), así que ha sido una auténtica delicia leer a Teresa.

Me gusta, además, saber que mi libro va a formar parte de esta misma colección, que será el número XXII de este premio que ha logrado unirme a La Mancha, el otro 50% de mi sangre, tierra en la que espero poder compartir mi poesía.

Leed poesía, amigos. Sabed encontrar la poesía que de verdad merece ser leída. Buscad a poetas de los que escriben desde el conocimiento y la autenticidad. Huid de quienes solo son producto del marketing. Teresa Núñez es una poeta a la que leer, y esta muerte íntima que nos trae es un libro cuya lectura es, además de disfrute, aprendizaje.

Lo que más me ha gustado: verme reflejado en ese mismo proceso de duelo posruptura, identificarme con muchos de los versos.

Lo que menos me ha gustado: como no puedo reprocharle nada al libro, diré que las ganas que tengo de ver mi libro publicado ya, con lo que pesa la espera hasta noviembre.

“Escapaste

mucho antes del alba,

sin que yo adivinase que vivía

con un desconocido”.

Teresa Núñez

Crítica: Como nace el agua

Título: Como nace el agua

Autor: Andrés París

Editorial: Huerga & Fierro

Leer a amigos a los que se tiene cariño es, a veces, un arma de doble filo, casi más aún si se trata de poesía, un género con el que, como sabéis, soy muy exigente, conmigo y con los demás. Siempre que me asomo a los versos de personas a las que quiero, lo hago con cierto miedo. ¿Me gustará? ¿Veré calidad? ¿Seré capaz de opinar con honestidad, empatía y, sobre todo, objetividad?

Eso fue, precisamente, lo que me pasó cuando abrí este libro de Andrés por primera vez. Aunque ya sabía que había –que hay– un poeta hecho, sus palabras de advertencia sobre su propio poemario me hicieron suspirar antes de hincarle el diente. Ya en la dedicatoria indica que ve distante este tercer poemario. Sé, por lo que me ha dicho en alguna ocasión, que ha encontrado esa “madurez” que todos los poetas buscamos (quizá, demasiado pronto) ahora. Que su mejor libro, con diferencia, es ese esperado “Donde el azul del mundo”, con el que acaba de ganar el “II Premio Internacional de Poesía Joven Antonio Santano”(¡enhorabuena!). Y puede que sea así, pero, ¿qué es un poeta sin sus inicios, sin esa primera búsqueda de su voz? 

Y empecé a leer. Y, sí, aunque vi algunos dejes de un poeta que se estaba haciendo (pocos y discutibles, como casi todo en esto de la poesía), se ve, de forma clara, que hay poeta. Por la sensibilidad. Por laoriginalidad (Andrés, además de poeta, es bioquímico, un hombre de ciencias amante de las letras). Por imágenes preciosas como “El mar se ahorca cada noche” o ese “corazón, primero de nube/y de rojo por herir después”

Hay poeta, sí, porque siempre lo ha habido. Y es un gusto leer a Andrés París sabiendo de cerca, además, de toda esa sensibilidad, esa mirada de niño voraz de aprendizajes, esa generosidad, esa humildad tan poco habitual entre muchos de esos “nuevos jóvenes poetas” que caminan levitando entre tertulias y recitales, como si hubieran inventado ellos la poesía o como si fueran la única bandera de poesía joven existente. Andrés tiene la calidad y tiene las cualidades, así que, estoy seguro, seguirá creciendo aún más y mostrando que tiene mucho que decir en su labor como poeta, además del maravilloso trabajo que está realizando en el campo científico.

Ya sabéis que no me gusta analizar los poemarios más allá de dar un par de pinceladas sobre ellos y sus autores o autoras, además de mostrar algunos versos. A lo que sí os invito es a que busquéis la poesía de Andrés París. Que leáis a Andrés París. Que crezcáis junto a él, del mismo modo que yo crezco un poco después de leer su poesía.

Además, por si fuera poco, el prólogo es de Marina Casado. Ahí es nada.

Lo que más me ha gustado: leer a Andrés conociéndolo tan bien; ver, en su poesía, a esa persona a la que tanto quiero; sentir orgullo por compartir con él todo lo bueno que le está llegando y saber que lo seguiré sintiendo a lo largo de muchos años.

Lo que menos me ha gustado: por decir algo, algunas palabras en determinados versos que, por poco frecuentes, a mí, personalmente, me han sacado un poco del poema. Pero ya digo que esto es una cosa mía, porque Andrés, amante del lenguaje como es, se esmera en navegar entre palabras.

¿Conocéis al autor? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?

¡Un abrazo!

“[…] es curioso,

la vida no puede ser un poema”.

Andrés París