Crítica: Desde el azul del mundo

Título: Desde el azul del mundo

Autor: Andrés París

Editorial: Alhulia

II Premio Internacional de Poesía Joven “José Antonio Santano”

Qué bonito es ver crecer, en lo poético, a personas a las que se quiere. Qué bonito ver, en la sonrisa de Andrés, la felicidad por haber logrado encontrarse, situarse y compartirse como poeta que ya se reconoce del todo en sus versos, que se enorgullece de ellos, que comenta, con su ilusión tan desbordante, que ahora sí, que ahora es él.

Y todo esto ocurre porque, de forma evidente, este no es ya el poemario de un poeta joven buscando su voz, sino el libro que presenta en sociedad la voz definitiva de Andrés París, su voz cuidada, armoniosa y, sí, su voz científica. Porque Andrés no podría elegir un mundo o el otro. Andrés los une, los imbrica, los enlaza con mimo hasta que el resultado es una simbiosis única que se plasma poema a poema.

Y el resultado es maravilloso.

Y este es un poemario muy especial, no solo por lo que ya he dicho, sino porque viene con premio bajo el brazo, un premio merecido para un poeta que lo merece todo, por escribir bien y por su forma de ser.

Un lenguaje cuidado. Un tema, el del amor, que no es tan habitual en un poemario que merezca la pena, que no caiga en los tópicos de siempre. Unas imágenes poco frecuentes por esa dualidad humanística-científica. Una edición, además, muy bonita que ayuda, cómo no, a que este libro sea más redondo aún. Un prólogode Marina Casado que es una preciosidad y que nos hace comprender mejor la poética de París.

Enhorabuena, Andrés, por evidenciar con este libro que el camino recorrido era el correcto, que los pasos los has ido dando en la dirección adecuada, que llegarás, como lo estás haciendo, al lugar que te corresponde.

Para que conozcáis un poco más la poesía de Andrés París, os dejo algunos versos.

Del poema “Antes”:

“El beso fue

el primer átomo”.

Del poema “Dos árboles”:

“La ciudad es un bosque

en el que se ha salvado

lo indivisible”.

Del poema “El amor”:

“Aunque el amor sea

una certeza, un diamante,

también desaparece”.

Del poema “La rosa”:

“Como el mar es infinito,

también alberga

la posibilidad

de una rosa”.

Decidme que no son bonitos…

Lo que más me ha gustado: aunque el libro me ha gustado mucho, aunque haya mil aspectos que resaltaría, me quedo (no puede ser de otra forma) con la sonrisa de Andrés. 

Lo que menos me ha gustado: que al amor le cueste ya encontrar buenos poetas. Suerte, eso sí, que tenemos a Andrés.

¿Conocéis a la autora? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?

¡Un abrazo!

“Cuando no hay nadie,

espero el brote de esta tierra”.

Andrés París, Desde el azul del mundo

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Crítica: Como nace el agua

Título: Como nace el agua

Autor: Andrés París

Editorial: Huerga & Fierro

Leer a amigos a los que se tiene cariño es, a veces, un arma de doble filo, casi más aún si se trata de poesía, un género con el que, como sabéis, soy muy exigente, conmigo y con los demás. Siempre que me asomo a los versos de personas a las que quiero, lo hago con cierto miedo. ¿Me gustará? ¿Veré calidad? ¿Seré capaz de opinar con honestidad, empatía y, sobre todo, objetividad?

Eso fue, precisamente, lo que me pasó cuando abrí este libro de Andrés por primera vez. Aunque ya sabía que había –que hay– un poeta hecho, sus palabras de advertencia sobre su propio poemario me hicieron suspirar antes de hincarle el diente. Ya en la dedicatoria indica que ve distante este tercer poemario. Sé, por lo que me ha dicho en alguna ocasión, que ha encontrado esa “madurez” que todos los poetas buscamos (quizá, demasiado pronto) ahora. Que su mejor libro, con diferencia, es ese esperado “Donde el azul del mundo”, con el que acaba de ganar el “II Premio Internacional de Poesía Joven Antonio Santano”(¡enhorabuena!). Y puede que sea así, pero, ¿qué es un poeta sin sus inicios, sin esa primera búsqueda de su voz? 

Y empecé a leer. Y, sí, aunque vi algunos dejes de un poeta que se estaba haciendo (pocos y discutibles, como casi todo en esto de la poesía), se ve, de forma clara, que hay poeta. Por la sensibilidad. Por laoriginalidad (Andrés, además de poeta, es bioquímico, un hombre de ciencias amante de las letras). Por imágenes preciosas como “El mar se ahorca cada noche” o ese “corazón, primero de nube/y de rojo por herir después”

Hay poeta, sí, porque siempre lo ha habido. Y es un gusto leer a Andrés París sabiendo de cerca, además, de toda esa sensibilidad, esa mirada de niño voraz de aprendizajes, esa generosidad, esa humildad tan poco habitual entre muchos de esos “nuevos jóvenes poetas” que caminan levitando entre tertulias y recitales, como si hubieran inventado ellos la poesía o como si fueran la única bandera de poesía joven existente. Andrés tiene la calidad y tiene las cualidades, así que, estoy seguro, seguirá creciendo aún más y mostrando que tiene mucho que decir en su labor como poeta, además del maravilloso trabajo que está realizando en el campo científico.

Ya sabéis que no me gusta analizar los poemarios más allá de dar un par de pinceladas sobre ellos y sus autores o autoras, además de mostrar algunos versos. A lo que sí os invito es a que busquéis la poesía de Andrés París. Que leáis a Andrés París. Que crezcáis junto a él, del mismo modo que yo crezco un poco después de leer su poesía.

Además, por si fuera poco, el prólogo es de Marina Casado. Ahí es nada.

Lo que más me ha gustado: leer a Andrés conociéndolo tan bien; ver, en su poesía, a esa persona a la que tanto quiero; sentir orgullo por compartir con él todo lo bueno que le está llegando y saber que lo seguiré sintiendo a lo largo de muchos años.

Lo que menos me ha gustado: por decir algo, algunas palabras en determinados versos que, por poco frecuentes, a mí, personalmente, me han sacado un poco del poema. Pero ya digo que esto es una cosa mía, porque Andrés, amante del lenguaje como es, se esmera en navegar entre palabras.

¿Conocéis al autor? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?

¡Un abrazo!

“[…] es curioso,

la vida no puede ser un poema”.

Andrés París