Crítica: Em

Título: Em

Título: Em

Autor: Kim Thúy

Editorial: Periférica

He leído todos los libros de Kim Thúy en lo que va de año, por orden de publicación (podéis encontrar la reseña de todos tanto por aquí como en mi cuenta de Goodreads). Creo que este dato es bastante revelador de lo que me gusta la autora vietnamita.

Como sabéis, en mi baja médica del primer semestre del año, tuve una “fiebre literaria asiática” que me llevó a leer literatura de autores y autoras de Asia, y ahí apareció Kim Thúy para quedarse siempre junto a mí.

Me enamoré de su literatura con su primer libro, Ru, que es maravilloso. Man y Vi me gustaron muchísimo, también. Y este Em me ha parecido una nueva maravilla de manos de una pluma, la de Thúy, tan delicada, cuidada y sutil como los breves títulos de sus libros.

Con razón le dije que escribiera poesía, algo que (por suerte) está haciendo, porque su forma de escribir es la de una poeta que ama el lenguaje, que elije las palabras con cuidado y acierto. Eso es, para mí, el principal logro de Kim Thúy.

Luego está el otro punto importante, las historias. Su historia, al fin y al cabo, porque de eso tratan sus libros. Porque todas sus historias hablan de su país, de sus compatriotas, de las consecuencias para Vietnam y para los vietnamitas de tantos años de guerra.

De eso, precisamente, trata este libro. De la guerra entre Vietnam y los Estados Unidos, del horror de esa guerra (y, por extensión, de cualquier guerra), del dolor, de la muerte, de lo atroz, de la miseria, de lo inconcebible… y de la belleza. Porque, sí, este libro consigue ser bello a pesar de lo horrible, por encima de lo horrible. Eso es lo que consigue Kim Thúy en sus libros: hacer que la belleza prevalezca sobre lo que más nos duele.

Como en todos sus libros en España, magníficamente editado por Periférica, que sigue llenando de rojo mis estanterías.

De verdad os lo digo: si aún no habéis leído nada de Kim Thúy, tenéis que hacerlo.

Lo que más me ha gustado: conocer más sobre esa guerra, leer historias que me han dolido y emocionado y, al mismo tiempo, me han cubierto de ternura. Leer a Thúy es siempre una mezcla de sentimientos enfrentados. 

Lo que menos me ha gustado: que, aunque la portada de la edición española me guste, no mantenga la original, ya que es importante y se habla de ella en el libro. ¡Y que se acentúen los “esto” y los “estos”!

“Los estadounidenses hablan de guerra de Vietnam, y los vietnamitas, de guerra estadounidense. En esa diferencia reside, quizás, la causa de la guerra”.

Kim Thúy, Em

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Crítica: Manual de exilio

Título: Manual de exilio: Cómo aprobar su exilio en treinta y cinco lecciones

Título: Manual de exilio

Autor: Velibor Colic

Editorial: Periférica

Compré este libro por dos motivos.

El primero, el título. Estaba escribiendo sobre el exilio y ver este título (respaldado por Periférica) me hizo quererlo.

El segundo, porque lo vi en un libro de Kim Thúy (en esos “otros libros de la editorial” que aparecen a veces), y ya sabéis que me gustan esas conexiones.

Me ha costado terminarlo. Mucho. Y lo primero que diré si me preguntan por este libro es que el autor me cae mal. Muy mal. Y lo digo totalmente en serio.

Si hay algo que deteste en las personas es la falta de humildad. Creo que hay que tener mucho cuidado con lo que se escribe de uno mismo (esto me lo dijo un amigo, muy buen poeta, sobre lo que escribió una chica que va de megaescritora siendo bastante mediocre, volviendo a eso de la falta de humildad), y esta especie de biografía del autor bosnio es un no parar de echarse flores, de alabar sus versiones de novelista, poeta y filósofo, de hablar maravillas de su físico y de contar (sea verdad o no, me interesa poco) sus conquistas amorosas (o, más bien, sexuales), siempre con mujeres espectacularmente guapas y jóvenes. 

No me gusta.

Y es una pena, porque hay fragmentos y frases muy potentes, pero todo eso que os digo se acaba acumulando hasta el punto de generar (al menos, a mí) un rechazo demasiado grande como para que el resto sobresalga.

Ni siquiera sé si me ha servido para escribir ese poemario del que os he hablado. Desde luego, y aunque podría haber incorporado alguna cita muy apropiada, como “demasiado exilio para un solo hombre” o “soy una mancha molesta y sucia, una bofetada en el rostro de la humanidad, soy un inmigrante”, no lo he hecho. No lo he hecho porque no he querido, porque no quiero hacerle ningún homenaje a quien no para de hacérselos a sí mismo. No me apetece alimentar egos ya de por sí bastante bien autoalimentados (como el de esa chica que he comentado antes).

Así que, aunque (insisto) el libro tiene fragmentos muy interesantes y hay algunas descripciones muy buenas, dignas de un buen escritor, no voy a decir más sobre este libro en el que parece que lo único que le preocupaba al autor es contarnos la de mujeres que ha conquistado, la de ciudades que conoce, la de idiomas que habla y de la todos, todos, todos los autores de renombre que ha leído (no para de hacer referencias al respecto), de los pintores que conoce (lo mismo), de los pensadores a los que lee y con los que trata (de nuevo, lo mismo), lo culto que es, lo gran escritor que es, lo ingenioso y divertido que es, lo encantado que está de conocerse. Se hace muy pesado, la verdad, y no es lo que espero encontrar en un libro.

Lo que más me ha gustado: como he dicho, algunos fragmentos e ideas, como esta “A continuación, me pongo a dieta. Renuncio a beber y a comer copiosamente, y en catorce días pierdo dos semanas”.

Lo que menos me ha gustado: creo que ha quedado bastante claro… 

“Según mis criterios, soy un hombre guapo: 1,95 de altura, rubio, con ojos azules, media melena, delgado, rebosante de talento y de inteligencia”.

Velibor-Quéguaposoyyquétipotengo- Colic, Manual de exilio

Crítica: Vi. Una mujer minúscula

Título: Vi. Una mujer minúscula

Autor: Kim Thúy

Editorial: Periférica

Ya he hablado varias veces por aquí y por redes de lo que me gustan Kim Thúy y Periférica, pero tengo que hacerlo una vez más.

He dejado pasar algo de tiempo entre la lectura de “Mãn” y este tercer libro de la autora vietnamita porque no quería leer todo seguido y que se me atragantara (aunque eso era bastante difícil), pero ya lo he leído. Y solo he vuelto a confirmar lo muchísimo que me encanta cómo escribe Kim Thúy y, como ya he dicho en varias ocasiones, lo que me encanta lo maravillosamente bien que edita Periférica (qué cómodos de leer son sus libros y qué buena selección hacen).

Lo que es un regalo (además de haber descubierto de casualidad a la autora y leerla) es que puedo hablar con ella y decirle lo que la admiro, conversar con ella, aconsejarnos lecturas, compartir poemas (porque la “empujé” un poco a escribir poesía y lo está haciendo), charlar de literatura… Y no sé si os hacéis una idea de lo que lo disfruto.

Me enamoré de su forma de escribir y de su historia (exiliada a Canadá desde su país natal, Vietnam, por la guerra) desde que leí “Ru”, su primera novela (sus tres novelas están editadas por la misma editorial). Y seguir leyéndola me enamora más aún. Esa forma tan sutil de escribir que tiene, tan precisa en el lenguaje, con esos capítulos breves donde va desgajando la historia… Es arte, no me cabe duda. Cómo escribe esta mujer es arte.

Otro punto muy a favor de las novelas de Kim Thúy es que, literalmente, te hacen viajar. Te hacen interesarte por cada lugar que aparece, buscar en internet palabras, frutas, monumentos, festividades, comidas… ¡Hasta he visto documentales de Vietnam! Y, sí, me ha despertado unas ganas inmensas de viajar allí… 

Este libro nos habla de la historia de Vi, una mujer como la autora, exiliada de Vietnam (cuánto tendrá de ella), y de cómo el amor y la familia la llevan a vivir y a ser de una determinada manera. Como siempre, con la delicadeza de la autora, con su pluma inconfundible y su conocimiento en primera persona de las vivencias de sus personajes.

Deseando estoy que en septiembre salga “Em”, su cuarta novela, también con Periférica.

Lenguaje poético. Historia sencilla (que no simple). Personajes cercanos. Gastronomía. Viajes. Amor. Todos los ingredientes de las novelas de Thúy, tan bien mezclados como siempre.

Una vez más: MA-RA-VI-LLA.

Lo que más me ha gustado: no creo que sea necesario insistir más. La literatura de Kim Thúy me encanta. 

Lo que menos me ha gustado: quizá se me ha hecho una pizca menos interesante que los dos anteriores. 

Mi sensación final es la misma que ya he apuntado las veces anteriores: Kim Thúy es una autora a la que seguiré siempre, leeré todo lo que escriba y me seguiré enamorando de sus libros, sin ninguna duda. Os la recomiendo mucho, mucho, mucho.  

“La historia de Vietnam y de los vietnamitas se vive, se amplifica, se vuelve compleja sin ser escrita ni contada”.

Kim Thúy, Vi. Una mujer minúscula

Crítica: Mãn

Título: Mãn

Autor: Kim Thúy

Editorial: Periférica

Hay amores que crecen con el paso de tiempo y con la insistencia, y eso es lo que me pasa con Kim Thúy y con Periférica.

Mi idilio con esta editorial no es tan reciente. Todo lo que he leído suyo me ha encantado, y sigo pensando que es una forma de editar casi perfecta. Libros bonitos, en la misma línea, con ese rojo tan atrayente, cómodos, ligeros… Me encantan, qué os voy a decir.

En cuanto a la autora, si con “Ru” https://jorgepozosoriano.com/2021/02/14/critica-ru/ descubrí a esta autora vietnamita (qué agradecido le estoy a esta fiebre oriental lectora) y pensé que leería más libros suyos, con “Mãn” lo he confirmado. Tengo algunas lecturas pendientes que me apetece mucho hacer (hoy mismo empezaré con “Territorio de luz”, de Yuko Tsushima), pero el tercer libro de Thúy, “Vy”, no tardará en llegar. Además, justo ayer, Periférica subió a su Instagram una publicación sobre esta maravillosa autora y anunciaron que, en septiembre, publicarán “Em”, su nueva novela. Sabéis quién se la leerá en cuanto salga, ¿verdad? (Por cierto, me encanta los títulos tan escuetos como cargados de significado, porque así es la literatura de Kim Thúy).

En esta novela se cuenta, de esa forma tan poética y cuidada de esta autora, la historia de “Mãn”, una inmigrante vietnamita en Canadá (como la propia Thúy) que encuentra su lugar en el mundo gracias a la amistad (qué personaje más bonito el de Julie), el amor (lo que me gusta encontrarme historias de amor reales y no las tan prefabricadas de muchos libros tan de moda) y, sobre todo, la cocina. Y, a través de la cocina, se nos muestra Vietnam, su Vietnam, sus sabores, olores, recuerdos, vivencias… Y qué forma tan bonita de viajar a Vietnam y al interior y a niñez de una autora como Thúy.

Una vez más, sin pretensiones. Con una pluma delicada y exacta, con un lenguaje medido al detalle, con una sencillez tan complicada de conseguir que casi no se encuentra en ninguna novela. 

La estructura, esta vez, es algo distinta. La historia se cuenta desde términos que aparecen en vietnamita y en español (muchos, relacionados con ingredientes y comidas) y a través de los cuales se estructura la vida de “Mãn”. Muy original y, en mi opinión, muy acertado.

Como habréis imaginado, sí. Una vez más… MA-RA-VI-LLA.

Dicho esto, ahí voy con mi análisis.

Puntos fuertes:

La delicadez: es muy difícil escribir prosa con tanta poesía y que no sea un error enorme. La poesía es poesía y la prosa, prosa. Mezclarlas, casi siempre (y a no ser que se tenga un dominio absoluto de ambas), supone un texto complicado de leer. No es el caso. Esta prosa tan poetizada de Kim Thúy es perfecta. Al menos, para mí, lector asiduo de poesía.

La estructura: una vez más, como he dicho, la estructura me parece un acierto. Leer pequeños fragmentos que van hilando una historia tan dulce como la de la protagonista ayuda a que la lectura sea tranquila, a que tenga la pausa necesaria para leer a esta autora, experta en esa pausa. 

El enamoramiento: lo puedo decir sin riesgo a equivocarme: Kim Thúy se ha convertido en una de mis escritoras favoritas. No tengo ninguna duda al respecto.

Vietnam: es un país que conozco muy poco, pero que siempre me ha fascinado. Por esa razón, encontrar tantos fragmentos de Vietnam en los libros de Thúy es un regalo que estoy disfrutando como un niño pequeño.

Lo que más me ha gustado: vuelvo a decir lo que dije al leer “Ru”: el lenguaje. No conozco muchos libros cuyo lenguaje me enamore de esta forma. Por decir algo distinto en cuanto a un aspecto que me ha gustado mucho, la forma en la que se trata la amistad y el amor me han encantado.

Lo que menos me ha gustado: imposible apuntar nada en este punto. Una auténtica delicia de lectura. 

Mi sensación final es esa que os digo. Kim Thúy ha llegado a mi vida para quedarse, y haré que llegue a la vida de más personas recomendándola y regalándola.  

“Me saludó con el entusiasmo de una arqueóloga que hubiese descubierto la huella del primer beso”.

Kim Thúy, Mãn

Título: Mãn

Autor: Kim Thúy

Editorial: Periférica

Hay amores que crecen con el paso de tiempo y con la insistencia, y eso es lo que me pasa con Kim Thúy y con Periférica.

Mi idilio con esta editorial no es tan reciente. Todo lo que he leído suyo me ha encantado, y sigo pensando que es una forma de editar casi perfecta. Libros bonitos, en la misma línea, con ese rojo tan atrayente, cómodos, ligeros… Me encantan, qué os voy a decir.

En cuanto a la autora, si con “Ru” https://jorgepozosoriano.com/2021/02/14/critica-ru/ descubrí a esta autora vietnamita (qué agradecido le estoy a esta fiebre oriental lectora) y pensé que leería más libros suyos, con “Mãn” lo he confirmado. Tengo algunas lecturas pendientes que me apetece mucho hacer (hoy mismo empezaré con “Territorio de luz”, de Yuko Tsushima), pero el tercer libro de Thúy, “Vy”, no tardará en llegar. Además, justo ayer, Periférica subió a su Instagram una publicación sobre esta maravillosa autora y anunciaron que, en septiembre, publicarán “Em”, su nueva novela. Sabéis quién se la leerá en cuanto salga, ¿verdad? (Por cierto, me encanta los títulos tan escuetos como cargados de significado, porque así es la literatura de Kim Thúy).

En esta novela se cuenta, de esa forma tan poética y cuidada de esta autora, la historia de “Mãn”, una inmigrante vietnamita en Canadá (como la propia Thúy) que encuentra su lugar en el mundo gracias a la amistad (qué personaje más bonito el de Julie), el amor (lo que me gusta encontrarme historias de amor reales y no las tan prefabricadas de muchos libros tan de moda) y, sobre todo, la cocina. Y, a través de la cocina, se nos muestra Vietnam, su Vietnam, sus sabores, olores, recuerdos, vivencias… Y qué forma tan bonita de viajar a Vietnam y al interior y a niñez de una autora como Thúy.

Una vez más, sin pretensiones. Con una pluma delicada y exacta, con un lenguaje medido al detalle, con una sencillez tan complicada de conseguir que casi no se encuentra en ninguna novela. 

La estructura, esta vez, es algo distinta. La historia se cuenta desde términos que aparecen en vietnamita y en español (muchos, relacionados con ingredientes y comidas) y a través de los cuales se estructura la vida de “Mãn”. Muy original y, en mi opinión, muy acertado.

Como habréis imaginado, sí. Una vez más… MA-RA-VI-LLA.

Dicho esto, ahí voy con mi análisis.

Puntos fuertes:

La delicadez: es muy difícil escribir prosa con tanta poesía y que no sea un error enorme. La poesía es poesía y la prosa, prosa. Mezclarlas, casi siempre (y a no ser que se tenga un dominio absoluto de ambas), supone un texto complicado de leer. No es el caso. Esta prosa tan poetizada de Kim Thúy es perfecta. Al menos, para mí, lector asiduo de poesía.

La estructura: una vez más, como he dicho, la estructura me parece un acierto. Leer pequeños fragmentos que van hilando una historia tan dulce como la de la protagonista ayuda a que la lectura sea tranquila, a que tenga la pausa necesaria para leer a esta autora, experta en esa pausa. 

El enamoramiento: lo puedo decir sin riesgo a equivocarme: Kim Thúy se ha convertido en una de mis escritoras favoritas. No tengo ninguna duda al respecto.

Vietnam: es un país que conozco muy poco, pero que siempre me ha fascinado. Por esa razón, encontrar tantos fragmentos de Vietnam en los libros de Thúy es un regalo que estoy disfrutando como un niño pequeño.

Lo que más me ha gustado: vuelvo a decir lo que dije al leer “Ru”: el lenguaje. No conozco muchos libros cuyo lenguaje me enamore de esta forma. Por decir algo distinto en cuanto a un aspecto que me ha gustado mucho, la forma en la que se trata la amistad y el amor me han encantado.

Lo que menos me ha gustado: imposible apuntar nada en este punto. Una auténtica delicia de lectura. 

Mi sensación final es esa que os digo. Kim Thúy ha llegado a mi vida para quedarse, y haré que llegue a la vida de más personas recomendándola y regalándola.  

“Me saludó con el entusiasmo de una arqueóloga que hubiese descubierto la huella del primer beso”.

Kim Thúy, Mãn

Crítica: Ru

Título: Ru

Autor: Kim Thúy

Editorial: Periférica

¿Estoy enamorado de Periférica? Sí. ¿Estoy enamorado de la literatura oriental? También. ¿Me he enamorado perdidamente de Kim Thúy y voy a leer todo lo que escriba? Sin duda.

Así que, sí. De nuevo… MA-RA-VI-LLA.

Cuánto me gusta cuando mi intuición acierta con un libro… Este lo compré “de rebote”. Fui en busca de “Hozuki, la librería de Mitsuko” (ya sabéis lo que me encantó) y, mirando y mirando, apareció esta preciosidad. Vale que los ojos se me suelen ir a las editoriales que me gustan y que el rojo de Periférica es muy atrayente, pero tuve otros tantos en las manos y, saber nada de este libro, me decanté por él. Y qué acierto, amigos y amigas. Qué gran acierto.

La forma de escribir de Kim Thúy (mi primera incursión en la literatura vietnamita) es espectacular. Directa. Perfectamente estructurada dentro de su peculiar desestructuración. Y, sobre todo, tan, tan, tan poética que se te va agarrando a las venas para estrujarlas, abrazarlas, acariciarlas, arañarlas… Tan poética que te hace sentir todo lo que se propone como si lo estuvieras viviendo en primera persona. Qué difícil es que la “incursión” de un género en otro funcione, pero qué bonito es cuando lo consigue. Enamorado de la poesía, como bien sabéis, este híbrido (quizá, sin pretenderlo) entre lo novelado y lo poético es una verdadera delicia.

Para que os hagáis una idea (aunque he compartido algunos fragmentos en Instagram), os dejo el tercer párrafo de esta historia:

“Nací a la sombra de esos cielos adornados con fuegos artificiales, decorados con guirnaldas luminosas, recorridos por cohetes y bengalas. Mi nacimiento tenía la misión de reemplazar las vidas perdidas. Mi vida tenía el deber de continuar la de mi madre”.

¿No os parece de una belleza extraordinaria?

Como digo, no había leído aún a autores vietnamitas, pero ya os aseguro que buscaré leer a muchos más. Por lo pronto, todo lo que encuentre de Thúy lo voy a leer, empezando por “Ma” (me lo ha traído San Valentín), una historia que me llama muchísimo la atención. Qué poder tiene la literatura, que te hace viajar en la distancia, enamorarte de un país o una cultura sin conocerlas más que de lejos, querer saber más sobre eso que acabas de conocer de una forma tan etérea como pura. Ay, qué feliz soy cuando leo una buena historia…

Dicho esto, ahí voy con mi análisis.

Puntos fuertes:

El lenguaje: con una forma tan preciosa de narrar, la autora es capaz de hablarnos de la guerra, de la muerte, de la prostitución, del horror y de otros temas dolorosos con una delicadeza tan cuidada que resulta, incluso, agradable. Entendedme. El dolor está, y lo narra de forma cruda, pero está tan bien contado que resulta casi dulce, aunque nos atrape la tristeza. Esa es la magia de la buena literatura.

La estructura: narrado en primera persona, con fragmentos cortos (nunca más de un par de páginas) que nos permiten respirar entre las distintas vivencias que se cuentan, la lectura es muy cómoda, muy agradable y muy satisfactoria. Puede parecer que la autora escribe a saltos, que no sigue un hilo centímetro a centímetro, pero el hilo sigue, aunque tengamos que ir tirando de él para mantenerlo firme. En mi opinión, una estructura perfecta (y difícil de conseguir). 

El descubrimiento: en este momento lector en la que estoy de acercamiento a la literatura oriental, me hace muy feliz salir de Japón (que es lo que había leído hasta ahora), “visitar” nuevos países y descubrir a otros autores y autoras, como Kim Thúy, de quienes no quiera soltarme.

La historia: la historia de este libro es la historia de la autora. Su vida. Su viaje. Su sangre, sus heridas, sus sonrisas y sus lágrimas. Y, amigos, qué historia más bonita…

Lo que más me ha gustado: me ha gustado absolutamente todo, pero, si tengo que destacar algo, sería el lenguaje. Encontrar un lenguaje tan poético en una novela que encaje tan bien y que sea tan humano es un lujo. Un diez, sin duda.

Lo que menos me ha gustado: no le puedo poner ni un pero. Es, en mi opinión, un libro sobresaliente. Único. Incomparable. 

Mi sensación final es que lo leeré más veces, aunque sea algunos fragmentos. Esa estructura tan particular y ese lenguaje que me ha enamorado dan esa facilidad e invitan a hacerlo. Y esto no suele ocurrir con las novelas, pero esta no es una novela al uso. Sino una poesía hecha novela. Lo recomendaré, lo regalaré y, como digo, lo releeré. Qué feliz me ha hecho este descubrimiento. 

“La vida es un combate donde la tristeza implica la derrota”.

Kim Thúy, Ru

Crítica: La librería ambulante

Título: La librería ambulante

Autor: Christopher Morley

Editorial: Periférica

En Instagram tengo una carpeta de publicaciones guardadas de libros que veo y quiero leer. Este era uno de esos libros.

En otra más de mis visitas a la librería Taiga (esa vez, para buscar un regalo), me di una vuelta por las estanterías y mesas y, cuando estaba a punto de irme sin comprar nada, apareció ante mis ojos, con su rojo tan atrayente, y… pues eso, que se vino a casa conmigo.

Llevo tres libros leídos de la Editorial Periférica y, sin riesgo a equivocarme, creo que ya es una de mis editoriales favoritas.

Las reseñas de los otros dos libros las tenéis aquí:

Cárdeno adorno: https://jorgepozosoriano.com/tag/cardeno-adorno/

Recuerdos de un jardinero inglés: https://jorgepozosoriano.com/2020/12/28/critica-recuerdos-de-un-jardinero-ingles/

Sigo en un momento raro de mi vida en el que hasta leer algo largo me da pereza, me agobia, me genera cierta ansiedad. Si leéis los poemas que voy publicando en mi Instagram @jpozosoriano , veréis a qué me refiero. “Recuerdos de un jardinero inglés” y “La librería ambulante” me han parecido libros perfectos para este momento. No demasiado largos. Con historias sencillas (que no simples). Lecturas cómodas, de calidad, de descubrimiento de esos libros que, sin estar entre los clásicos reconocidos por todo el mundo, pertenecen a ese grupo privilegiado de libros que perdurarán siempre. Y eso, qué os voy a decir, me encanta.

Sabéis más que de sobra que me gustan mucho los libros que hablan de libros, librerías o libreros. He leído (y reseñado) unos cuantos, y casi siempre son historias muy agradables en las que se busca conseguir algo que siempre, siempre, siempre me parece la mejor idea del mundo: hablar de todo lo positivo que aporta leer.

Este libro ha sido, para mí, todo un descubrimiento. Tres personajes principales muy bien creados (sobre todo, los dos más importantes); un escenario (ambulante) que es una delicia; algunos animales que también tienen su relevancia; humorternuraamoraventuras; y libros, muchos libros. Nada falla en este libro.

Dicho esto, os dejo con mi análisis de puntos fuertes y débiles.

Puntos fuertes:

Los escenarios: tanto esos pueblos de la “América profunda” con sus granjas como la propia librería ambulante me han parecido preciosos. La librería en sí es una pasada, y tratar de imaginármela cada vez que aparecía en escena ha sido un ejercicio muy bueno.

Los dos protagonistas principales: el tercero en discordia no me gusta tanto, aunque es necesario en la historia. Tanto el Señor Mifflin como la Señora McGill son una pareja de personajes espectaculares, que se complementan a la perfección y que dan pie a conversaciones y situaciones maravillosas. Solo por conocerlos, ya es un acierto leer este libro.

La edición: Periférica, en mi opinión, no pone su mayor empeño en editar libros espectacularmente bonitos. Son ediciones bastante sencillas, pero a las que no se les puede poner ni un pero. Además, consigue algo que pocas editoriales más tienen: hacen libros comodísimos de leer. Son cómodos al tacto, al tamaño, manejables, con el texto justo en cada página… Enamorado de esta editorial, os lo aseguro (y lo bonitos que quedan juntos, con ese tono de rojo tan vivo).

Conocer al autor: en la contraportada hay una frase que dijo Eugene O’Neill poco después de ganar elPremio Nobel de Literatura, y que es la siguiente: “Cuando tengo ganas de sonreír un poco, para que sean más ligeras las tardes, leo las primeras novelas de MorleyPara mí es un aliciente estupendo para buscarlas, no os quepa duda.

Puntos débiles:

Nada que decir en este aspecto. Tiene lo justo, en su justa medida y regado con humor, ternura y amor por los libros. 

Lo que más me ha gustado: como es de suponer, todo lo referente a la importancia que tienen los libros y a lo importante que es leer.

Lo que menos me ha gustado: en realidad son dos aspectos mínimos que nada tienen que ver con lo que me ha gustado la historia. Por un lado, la portada. No sé a vosotros, pero a mí no me convence. Por otro, algunos errores en la puntuación que no me ha gustado encontrar. Como digo, nada que desmerezca la calidad de este libro.

¿Lo conocíais o lo habéis leído? 

¡Un abrazo!

“Un buen libro debe ser simple. Y, como Eva, debe provenir de algún lugar entre la segunda y la tercera costilla: debe haber un corazón latiendo en su interior”. Christopher Morley, La librería ambulante

Crítica: Recuerdos de un jardinero inglés

Título: Recuerdos de un jardinero inglés

Autor: Reginald Arkell

Editorial: Periférica

En una de mis múltiples visitas a la librería que tengo al lado de casa, Taiga, vi este libro en una mesa y me llamó la atención desde ese instante. Me gusta Periférica, la editorial. Me gustan los jardines. Me gusta (mucho) lo inglés. La portada es bonita. El título es bonito. Me lo apunté… Y me llegó por mi cumpleaños.

Llevaba un tiempo (desde el final del verano y la vuelta a este curso tan complicado) algo enfadado y distanciado de la novela. No sé si leí demasiadas en las vacaciones o si elegí mal mis últimas lecturas (aún tengo dos a medias), pero no me apetecía leer nada largo y de lo que tuviera que estar demasiado pendiente durante demasiado tiempo. Por eso, entre otras razones, me refugié en la poesía, que siempre se entrega en un abrazo infinito.

Cuando tuve este libro entre mis manos, supe que podría ser la lectura perfecta para volver a leer (y a disfrutar) una novela. Por suerte, mi instinto no me falló y leerlo ha sido todo un acierto y un regalo.

Se trata de una novela sencilla; sin pretensiones (cuánto lo agradezco); muy bien escrita; con una pareja de personajes principales muy bien creados y plasmados (sobre todo el protagonista); con otros personajes que acompañan muy bien; y con las flores, las plantas, los árboles y, en definitiva, los jardines como un personaje más. Y, no me olvido, con esa esencia británica que tanto, tanto me gusta presente en cada página.

No es una historia apasionante en la que vayamos a encontrar sorpresas, giros inesperados ni tensiones. No lo necesita. En su lugar, vamos a encontrar un lenguaje muy bien cuidado, algo de humor y mucha, mucha ternura. 

Antes de pasar a mi análisis de puntos fuertes y débiles, y sin destriparos la historia, os diré que el libro desarrolla a la perfección toda la vida de su protagonista, el Señor Pinnegar, desde que es niño hasta que envejece y, ligada a la suya, la vida de “su” jardín. No sé vosotrxs, pero yo no necesitaba nada más.

Puntos fuertes:

El paso del tiempo: en 222 páginas más bien ligeras (Periférica hace unos libros muy cómodos de leer, además de seleccionar muy buenas historias) nos cuentan toda la vida de su protagonista y lo que a su vida rodea. Sin ser largo ni hacerse pesado. Sin dar más detalles de los necesarios. Sin que importe dar algunos saltos largos en el tiempo. Y se nos queda una imagen clarísima de esa vida, con todo lo necesario para conocerlo sin fisuras. Maravilla.

El protagonista: este Señor Pinnegar, también conocido como “el joven Herbert” y “El Viejo Yerbas”, se ha convertido, para mí, en un clásico a la altura de La Señora Dalloway, o “el tío Paco” de “Persona normal”. Uno de esos personajes que te llegan y que se quedan. Algo, en mi opinión, muy difícil de conseguir.

El toque británico: no es un secreto que soy un enamorado de casi todo lo británico (y que echo muchísimo de menos Londres), así que siempre me reconforta “viajar” al Reino Unido de vez en cuando. ¿No es maravillosa la literatura?

La botánica: me ha gustado mucho imaginar (a veces, con la ayuda de Google) ese jardín tan espectacular que el Señor Pinnegar va creando. Descubrir nuevas plantas y flores, ordenarlas en mi cabeza para dar forma a un lienzo tan vivo como lleno de color. Como avisan en la contraportada: “En un jardín no se puede estar enfadado mucho tiempo”.

Puntos débiles:

No puedo encontrar ninguno. Ha sido la lectura perfecta en el momento perfecto. La he disfrutado muchísimo, me ha calmado, me ha divertido, me ha enternecido… ¿Qué más le podía pedir?

Lo que más me ha gustado: reencontrarme, por una parte, con la prosa y, por otra, con esa cultura anglosajona que me vuelve loco…

Lo que menos me ha gustado: por decir algo que nada tiene que ver con el libro, me han aumentado las ganas que tengo de visitar el Reino Unido de nuevo.

¿Lo conocíais o lo habéis leído? 

¡Un abrazo!

“Qué pena que la gente no dejara de pelearse y no pasara más tiempo en los jardines”.

Recuerdos de un jardinero inglés

Critica: Cárdeno adorno

Título: Cárdeno adorno

Autor: Katharina Winkler

Editorial: Periférica

¿Sabéis cuando os libro os marca? ¿Cuando os hace pensar? ¿Cuando os hace replantearos la vida? Eso me ha ocurrido con este libro. No. No es un libro cualquiera. Y no lo es por la sencilla (y tan complicada) razón de que, al terminarlo, no te deja igual que eras. Te cambia. Te transforma. Se te queda dentro. Consigue, en definitiva, lo que muy pocos libros consiguen.

Vino en el pack que mi (ya famosa) querida vecina María. Es el último de esta primera tanda de libros que me ha dejado (vendrán más, seguro), y me ha encantado.

Sí, este es uno de esos libros de los que diré: leedlo. Merece la pena.

Eso sí, no creo que sea un libro para todo el mundo. Principalmente, por dos motivos:

El primero: la dureza. Puede que sea el libro más duro que he leído en mi vida.

El segundo: el lenguaje. Poético en cada palabra. A mí, con lo que me gusta la poesía, me ha encantado. Pero creo que a quien no le guste, se le podría atragantar.

No desvelo nada si os digo que trata de la vida de una de tantas mujeres que viven en el maltrato como una única opción. En un maltrato cultural, heredado, interiorizado, asumido, incluso ansiado. Una historia real, como tantas otras. Mujeres que solo son vaginas que penetrar, vientres que fecundar y cuerpos que golpear. Ese título, ya puesto con toda la poesía posible, habla de esos moratones que tantas mujeres llevan en sus cuerpos. Golpes que cambian el color de la piel, que le dan su horrorosa forma.

Un libro muy, muy duro, como os digo. Un libro que golpea a quienes lo leemos página a página. Un libro con una dureza tan inmensa que necesita de la poesía para ser contado. Una maravilla de libro.

Dicho esto, ahí voy con mi análisis.

Puntos fuertes:

El lenguaje: la poesía era necesaria. No es un libro de poesía, no. Es una novela con estructura de novela, pero con un lenguaje tanto o más poético que muchos poemarios. Qué preciosidad de lenguaje.

El título: el título ya deja claro a qué nos enfrentamos al leer este libro. Los golpes se convierten en pulseras, en diademas, en medallones… El horror se convierte en adorno, un adorno que se impone a la fuerza en mujeres y en niños, en mujeres y niños que pertenecen a sus maridos, sus padres, sus suegros… ¿Cuántas mujeres esconderán esos cárdenos adornos?

Que se ponga voz al maltrato: acabo de ver el documental “Becoming”, sobre Michelle Obama (alguien a quien admiro profundamente), y, entre otras enseñanzas, habla de qué hacer para no ser solo una cifra en cualquier estadística: tener una historia de vida que contar. Esta historia es la de Filiz y la de sus hijos, Halil, Selin y Seda. Es una historia real. De superación. De fortaleza. Pero, también, es la historia de muchas otras mujeres que han sufrido y sufren el maltrato. Así es como se deja de ser solo un número. Así se es parte de la historia.

Descubrir una nueva editorial: no conocía Periférica, pero, si edita estas maravillas, tendré que estar mucho más pendiente.

Lo que más me ha gustado: me quedo con la dificultad de emplear un lenguaje tan poético para contar una historia tan tremenda. Espectacular.

Lo que menos me ha gustado: el cuerpo que se me ha quedado. Retorcido. Apaleado. Revuelto. Lleno de indignación. ¿Cuándo acabaremos con esta lacra? ¿Cómo es posible que la sigamos sufriendo en pleno 2020?

Mi sensación final es que es una lectura necesaria, pero para la que hay que estar preparado. Es muy difícil encontrar un libro que haga que te tambalees de pies a cabeza e, insisto, muy complicado narrar a modo de novela una historia así con un lenguaje tan increíblemente poético. Me ha fascinado. Leedlo, pero preparad el cuerpo primero.

“El tiempo sin golpes es el paraíso. Hay sitio para el latido de nuestros corazones”.

Katharina Winkler