Título: Obras completas
Autor: Ángela Figuera Aymerich
Editorial: Hiperión
Después de leer toda la poesía de Ángela Figuera Aymerich, he de reconocer que tengo sentimientos enfrentados: el primero es una admiración absoluta; el segundo, una inmensa rabia por el desconocimiento de esta pedazo de poeta.
No voy a entrar en aspectos biográficos (os recomiendo leer sobre su vida, eso sí), pero me llama mucho la atención algo concreto. Cualquiera que sepa lo mínimo de poesía conoce a Blas de Otero y a Gabriel Celaya. Se estudian en secundaria, sus nombres se sitúan en lo poético. Junto a ellos dos, Ángela Figuera Aymerich forma el denominado “triunvirato vasco”. Sed sinceros y sinceras: ¿os sonaba su nombre?
Maestra, catedrática, empleada de la Biblioteca Nacional… y una de las grandes voces femeninas (y no solo destaca entre las mujeres, si es que alguien piensa que es necesario comparar la poesía escrita por hombres con la escrita por mujeres) de la poesía social. Una figura trascendental en la poesía en castellano que, sin embargo, apenas se conoce. ¿No os parece muy triste?
Yo no la conocía hasta que pude acudir, invitado, al concierto de Valderrama en el Circo Price, concierto de su disco “Mujeres de carne y verso” (“Mujer de carne y verso me declaro,/ pozo de amor y boca dolorida,/ pero he de hacer un trueno de mi herida/ que suene aquí y ahora, fuerte y claro”, en versos de la propia Ángela Figuera Aymerich en su poema “Aunque la mies más alta dure un día”), con poemas cantados que forman parte de la antología poética femenina en lengua castellana con el mismo nombre, realizada por Manuel Francisco Reina (ojalá esta antología ocupara, también, el lugar que merece). Uno de los temas cantados por Valderrama, introducido y acompañado con música de piano, es “No quiero”, con versos del mismo poema, de Ángela Figuera Aymerich. Lloré al escucharla. Literal. A partir de ahí, busqué su poesía y la leí hasta que me hice con estas obras completas, que he leído y disfrutado como lo he hecho con pocos, muy pocos libros. Qué maravilla. De verdad. Qué absoluta maravilla.
Por si la queréis escuchar: https://www.youtube.com/watch?v=WZU92BhBYt0https://www.youtube.com/watch?v=WZU92BhBYt0
La obra de Ángela Figuera Aymerich consta de los poemarios:
Y los poemarios infantiles (que dejo para otra reseña):
El libro incluye, también, números poemas suyos no recogidos en poemarios.
Hablaría durante horas sobre la poesía de esta poeta, que ya es, sin duda, una de mis poetas favoritas y a quien recomendaré siempre que pueda, además de volver a ella muy a menudo. Por suerte para vosotros y vosotras, no voy a hacerlo. Solo espero que, si os apetece leer buena poesía, acudáis a “la Aymerich”. Como he dicho algunas veces (con el propio Manuel Francisco Reina, con Gloria Fuertes o con Paca Aguirre o con una autora actual que acabo de conocer y me encanta, Raquel Lanseros) os haréis un regalo si leéis a esta autora.
Sin más, voy a mi análisis de estas obras completas.
Puntos fuertes:
El amor “a primera vista”: como habéis leído, fue así. Y, podéis creerme, es amor verdadero.
Conocer la historia de la autora: nacida en 1902 y madre en pleno estallido de la Guerra Civil Española, la vida de Ángela Figuera Aymerich es apasionante. Si tenéis un rato, investigad un poco sobre ella.
Poesía infantil: aunque, como he dicho ya, dejaré sus dos poemarios infantiles para otra reseña, me encanta que haya autoras de la talla de la que nos ocupa que se lanzó (movida por el nacimiento de su nieta) a escribir poemas para niños. Como ya he dicho en alguna ocasión, y con toda la admiración que siento hacia ella, hay mucha más poesía infantil en castellano lejos de Gloria Fuertes. Y, para muestra, un botón.
Lo que más me ha gustado: aunque su libro más celebrado y más conocido es “Belleza cruel” (que es un libro espectacular), me quedo con su último poemario, “Toco la tierra”, donde su poesía hace un buen repaso de alguno de los males del mundo, de “la tierra” como raíz de la humanidad y, particularmente, de la femineidad, de lo maternal. Además de ese “No quiero” (que es brutal), os dejo versos de otros poemasincluidos en este poemario tan desgarrador:
SEGUIR
Muchos por ti mataron, tierra mía.
Hicieron de sus huesos plomo airado
y mataron por ti.
Convirtieron
su dulce corazón en fiera lanza
y mataron por ti.
Ardieron
de amor y de furor hasta los ojos,
y mataron por ti.
[…]
ESTAMOS VIENDO TODO LO QUE PASA
Hacia los treinta y tantos años de mi edad
Éramos los poetas tan felices.
teníamos el cielo en la ventana,
estrellas que meter en los bolsillos,
cumbres al sol para tender la ropa,
noches y mar para mecer los sueños,
los bosques al extremo de la calle
con mirtos y laureles
para tejer coronas y ceñirlas.
[…]
¿Quién nos sajó los párpados, quién puso
todo nuestro sentir en carne viva?
Porque ahora vemos todo lo que pasa.
Y nos lastima el suelo que pisamos
y es una llaga el tacto más ligero.
Los muertos se nos cuelgan de los hombros
y ocupan nuestra almohada por la noche.
Los vivos nos exigen sangre a diario
y vienen a beberla en nuestra boca.
[…]
No me digáis que no son absolutamente bestiales…
Lo que menos me ha gustado: además de esa tristeza por saber que, en gran parte por ser mujer, no se conoce lo suficiente a una de las mejores poetas que nuestro país ha dado (y lo digo con pleno convencimiento), y por poner algún pero, su libro “Soria pura” no me ha gustado mucho. Cuando leo poesía suelo buscar amor, desamor, dolor, sufrimiento, temas sociales, emociones… La poesía sobre lugares no me gusta, así que este en concreto no me ha gustado apenas.
¿Conocéis a la autora? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?
¡Un abrazo!
“Si la verdad se hallara en los periódicos
y se callaran de una vez los necios
y hablaran los poetas en la calle”.
Ángela Figuera Aymerich, en «La vida más bonita»
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