Crítica: Saltaré sobre el fuego

Título: Saltaré sobre el fuego

Autor: Wislawa Szymborska

Editorial: Nørdica

Estando en Málaga, quise visitar la Librería Luces y, por supuesto, llevarme un libro de allí. Me gusta ir a librerías emblemáticas y hacerme con un libro. Esas manías de los lectores, ya sabéis.

La elección fue esta pequeña selección de la obra poética de la Premio Nobel de Literatura polaca, a quien aún no había leído.

Alguna vez he comentado que no suelo leer poesía traducida y que, por regla general, leo poesía escrita en castellano o en alguno de los idiomas que hablo y puedo leer. Creo que, por muy buenas que sean las traducciones, la poesía traducida pierde algo de su esencia, y eso me echa un poco para atrás.

Pero, claro, hay poetas a quienes hay que leer sí o sí, escriban en el idioma que escriban. Es el caso de Wislawa Szymborska, aunque no entienda una sola palabra en polaco, así que fue una muy buena elección.

El libro incluye poemas de sus libros Llamando al yetiSalMil alegrías–un encantoSi acasoEl gran númeroGente en el puente y Fin y principio, una buena parte de sus libros. He de reconocer que los primeros poemas no me gustaron mucho y que llegué a pensar si la poesía de Szymborska no me iba a convencer, pero me equivocaba. Es cierto que esa primera poesía no me gusta demasiado, pero, a partir de Si acaso (1975) y, sobre todo, los poemas pertenecientes a El Gran númeroGente en el puente y Fin y principio me han ENCANTADO. Tanto que me acabaré comprando esos tres poemarios antes o después, segurísimo.

Ahí, en esos libros, sí estaba la poeta que esperaba, y menuda poeta. Comprometida, original, impecable en las figuras, en la simbología, sincera, cruda, MARAVILLA.

Descubierta gracias a esta pequeña muestra en una edición espectacularmente bien editada por Nørdica, en un formato precioso y con unas ilustraciones igual de bonitas de Kike de la Rubia. Cuánto me gusta que editoriales tan cuidadosas como Nørdica se preocupen por la poesía y nos regalen estas ediciones tan, tan, tan bien realizada. GRACIAS.

Para abrir apetito, os dejo algunos de los versos que más me han gustado:

Del poema Fin y principio

Después de cada guerra

alguien tiene que limpiar.

No se van a ordenar las cosas solas,

digo yo.

Alguien debe echar los escombros

a la cuneta

para que puedan pasar

los carros llenos de cadáveres.

Del poema El ocaso del siglo

Nuestro siglo XXI iba a ser mejor que los anteriores.

Ya no podrá demostrarlo,

tiene los años contados,

titubeante el paso,

fatigada la respiración.

[…]

Teníamos que avanzar, por ejemplo,

hacia la primavera y la felicidad.

El miedo tenía que dejar las montañas y los valles.

La verdad tenía que llegar a la meta

antes que la mentira.

Ciertas desgracias no iban

a suceder más:

por ejemplo, la guerra

y el hambre, y tantas otras.

Del poema Nada en propiedad

Nada en propiedad, todo prestado.

Hundida en deudas hasta las orejas.

Tendré que pagar por mí

conmigo misma,

por la vida dar la vida.

No me digáis que no queréis leer los poemas completos.

Dicho esto, voy con mi análisis con lo que más y lo que menos me ha gustado del libro.

Lo que más me ha gustado: además de la edición, que es una joya, haber descubierto, por fin, a Wislawa Szymborska. He tardado, sí, pero ya lo he hecho. Y cuánto me ha gustado leerla… Los libros Fin y principio, El gran número y Gente en el puente tienen que ser brutales.

Lo que menos me ha gustado: como en toda selección poética, me he quedado con ganas de leer más, aunque creo que la muestra es perfecta y que, precisamente porque es una selección, nos permite ver lo necesario para intuir qué poesía hay en cada libro de la autora polaca. 

¿Conocéis a la autora? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?

¡Un abrazo!

“No.

Evidentemente exijo demasiado:

tanto como un segundo”.

 Fragmento de “Día 16 de mayo de 1973”, Wislawa Szymborska

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Crítica: Cartas a un joven poeta

Título: Cartas a un joven poeta

Autor: Rainer Maria Rilke

Editorial: Nørdica

 

Leí este libro hace muchos, muchos años, y no recordaba casi nada. Mi guía poético (ya sabéis de quién hablo) llevaba un tiempo diciéndome que lo releyera y, inmerso como estado en la creación de un nuevo poemario, pensé que era el momento perfecto.

 

Por eso, bajé a Taiga, la librería que tengo cerca de casa, y pasó una de esas situaciones mágicas que se dan con la literatura. Fui con la idea de preguntar si existía alguna edición bonita de este libro, pero no hizo falta. Al apoyarme en el mostrador, esta preciosa edición estaba ahí, frente a mis ojos, esperándome. ¿No es magia?

 

Me lo traje a casa, por supuesto, junto a otros cuantos libros (menos mal que es un vicio bueno). Y, sí, tenía que releerlo y este era el momento idóneo.

 

Ahora que el mundo está lleno de expertos (voy al plano literario, aunque esto es un fenómeno que se da en otros muchos). Que todos saben cómo hay que escribir, qué hacer para publicar, cómo relacionarnos con nuestros lectores, cómo vender libros y (ojo) cómo hemos de leer, ir a los clásicos es una burbuja de aire en medio de tanta estupidez y tanto ego.

 

Ahora, también, que las secciones de poesía de las librerías se llenan con productos preciosos en lo estético y atroces en lo poético (me ahorraré dar nombres), qué necesario es leer y escuchar a quien sabe de poesía.

 

Estas “Cartas a un joven poeta” son un referente, un faro, una mirada clavada en la nuestra y una garganta que nos grita “cuidado con la poesía”. Porque, como he dicho muchas veces, en poesía no vale todo y, por supuesto, no valen todos. Por mucho que las ediciones estén llenas de ilustraciones maravillosas y sean coloridas hasta el empalagamiento. Cualquiera que intente escribir poesía (de la de verdad, insisto) tendría que leer este libro, además de leer a quienes han dejado su nombre en este complicadísimo género. Ya sabéis que yo sigo intentando aprender al máximo posible porque, el día que publique poesía (si es que llega ese día), quiero hacerlo desde el respeto, la admiración y el amor que siento por la poesía y por los y las poetas.

 

El libro es un conjunto de cartas que Rilke envía a un joven poeta que busca consejo en sus palabras. Y vaya cartas… En ellas, el autor lo guía a través de temas como el amor, el dolor o la religión, además de darle consejos concretos para acercarse a la poesía, y lo hace desde el cariño, desde su sabiduría y su capacidad creadora, dejándonos, a quienes lo leemos con esa misma intención, un poso de aprendizaje muy, muy valioso.

 

Además, como ya he dicho y como puede verse solo con la cubierta, la edición es una preciosidad. Las ilustraciones de Ignasi Blanch solo mejoran un texto que las acoge y las agradece. El trabajo de Nørdica es impecable.

 

 

Dicho esto, ahí voy con mi análisis.

 

Puntos fuertes:

 

El aprendizaje: como he dicho muchas veces (porque lo pienso de verdad), los maestros están para aprender de ellos, y Rilke es, sin duda, un maestro. A quien pretenda escribir sin leer a aquellos que son historia de la literatura le deseo suerte…

La edición: fue amor a primera vista. Me encanta que haya editoriales que elijan clásicos de la literatura universal y hagan estas preciosidades. Es un libro maravilloso para tener y para regalar.

Las ilustraciones: sencillas, con historia, muy apropiadas… Un diez.

Hacerme amar más la poesía: no sé si llegará el día en que publique poesía, pero ese día, creedme, seré muy, muy, muy feliz.

 

Lo que más me ha gustado: resaltaría muchos puntos, pero voy a decir que lo que más me ha gustado ha sido la antepenúltima carta, quizá porque trata justo los temas que trato yo en el poemario que acabo de escribir.

Lo que menos me ha gustado: no puedo ponerle ni un pero al autor ni al ilustrador ni a la editorial ni a la traductora y responsable del epílogo. Este libro es un tesoro, y como tal lo tendré en casa.

 

Mi sensación final es que se trata de un libro cuya lectura es necesaria para cualquiera que quiera empezar a escribir poesía. Por eso, lo recomendaré siempre que tenga ocasión.

 

“Si no hay nada común entre usted y los hombres, trate de acercarse a las cosas que no le abandonarán”.

Rainer Maria Rilke

Crítica: La cata

Título: La cata

Autor: Roald Dahl

Editorial: Nórdica Libros

Que a Roald Dahl lo adoro no es ningún secreto. Creo que ha hecho y hace tantísimo bien por el fomento lector infantil y juvenil que es muy digno de estar considerado uno de los escritores más importantes de la historia. Además, escribió Matilda, y eso son palabras mayores.

Sus relatos para adultos los descubrí más tarde. Leí varios y me encantaron. Por eso, no dudé en hacerme con esta preciosa edición de uno de ellos, “La cata”, ilustrado de forma espectacular por alguien a quien, por suerte, conozco con este libro: Iban Barrenetxea (te seguiré la pista a partir de ahora).

Además, lo compré en la librería que (¡yuhu!) han abierto al lado de mi casa: Taiga. Creo que tendrán que hacerme cliente vip dentro de muy poco, porque voy a pasar mucho tiempo allí (os la recomiendo, es una preciosidad).

Dicho esto, ahí voy con mi análisis.

Puntos fuertes:

La edición: he de reconocer que, por muy Roald Dahl que sea, si me ofrecen un relato suyo de una forma que no sea atractiva, no lo compro. De hecho, tengo un libro con todos los relatos escritos por el autor galés, pero una joya así tenía que estar en mis estanterías.

Las ilustraciones: ¿sabéis cuando la ilustración de un libro es una obra de arte? Pues eso es lo que me pasa con cada una de las ilustraciones que Iban Barrenetxea ha hecho para esta historia. Entre mis tops de ilustradores desde ya mismo.

El humor:c omo en todas las historias de Roald Dahl, el humor, el absurdo, la crítica y lo surrealista están muy presentes. El final es, sencillamente, genial.

Lo que más me ha gustado: ver que Roald Dahl sigue pidiendo nuevas ediciones, sigue ocupando librerías, sigue sorprendiendo a más y más lectores. A los genios hay que mantenerlos siempre muy vivos.

Lo que menos me ha gustado: aunque la edición es preciosa, he de decir que veo el precio un poco excesivo, más aún teniendo en cuenta que es solo un relato que se lee en diez minutos. Creo que el libro con todos sus relatos me costó algo parecido. Es el único pero que le puedo poner.

Mi sensación final me obliga a seguir recomendando a Roald Dahl siempre que puedo. Siempre lo he hecho con los niños, pero también es muy, muy recomendable para adultos.

Permitidme que termine con una frase que se ajusta perfectamente a todo este movimiento influencer/ youtuber tan actual:

“Parecía algo incómodo, casi avergonzado, por haber ganado tanto dinero con tan poco talento”

Roald Dahl, “La cata”