Crítica: Cartas a un joven poeta

Título: Cartas a un joven poeta

Autor: Rainer Maria Rilke

Editorial: Nørdica

 

Leí este libro hace muchos, muchos años, y no recordaba casi nada. Mi guía poético (ya sabéis de quién hablo) llevaba un tiempo diciéndome que lo releyera y, inmerso como estado en la creación de un nuevo poemario, pensé que era el momento perfecto.

 

Por eso, bajé a Taiga, la librería que tengo cerca de casa, y pasó una de esas situaciones mágicas que se dan con la literatura. Fui con la idea de preguntar si existía alguna edición bonita de este libro, pero no hizo falta. Al apoyarme en el mostrador, esta preciosa edición estaba ahí, frente a mis ojos, esperándome. ¿No es magia?

 

Me lo traje a casa, por supuesto, junto a otros cuantos libros (menos mal que es un vicio bueno). Y, sí, tenía que releerlo y este era el momento idóneo.

 

Ahora que el mundo está lleno de expertos (voy al plano literario, aunque esto es un fenómeno que se da en otros muchos). Que todos saben cómo hay que escribir, qué hacer para publicar, cómo relacionarnos con nuestros lectores, cómo vender libros y (ojo) cómo hemos de leer, ir a los clásicos es una burbuja de aire en medio de tanta estupidez y tanto ego.

 

Ahora, también, que las secciones de poesía de las librerías se llenan con productos preciosos en lo estético y atroces en lo poético (me ahorraré dar nombres), qué necesario es leer y escuchar a quien sabe de poesía.

 

Estas “Cartas a un joven poeta” son un referente, un faro, una mirada clavada en la nuestra y una garganta que nos grita “cuidado con la poesía”. Porque, como he dicho muchas veces, en poesía no vale todo y, por supuesto, no valen todos. Por mucho que las ediciones estén llenas de ilustraciones maravillosas y sean coloridas hasta el empalagamiento. Cualquiera que intente escribir poesía (de la de verdad, insisto) tendría que leer este libro, además de leer a quienes han dejado su nombre en este complicadísimo género. Ya sabéis que yo sigo intentando aprender al máximo posible porque, el día que publique poesía (si es que llega ese día), quiero hacerlo desde el respeto, la admiración y el amor que siento por la poesía y por los y las poetas.

 

El libro es un conjunto de cartas que Rilke envía a un joven poeta que busca consejo en sus palabras. Y vaya cartas… En ellas, el autor lo guía a través de temas como el amor, el dolor o la religión, además de darle consejos concretos para acercarse a la poesía, y lo hace desde el cariño, desde su sabiduría y su capacidad creadora, dejándonos, a quienes lo leemos con esa misma intención, un poso de aprendizaje muy, muy valioso.

 

Además, como ya he dicho y como puede verse solo con la cubierta, la edición es una preciosidad. Las ilustraciones de Ignasi Blanch solo mejoran un texto que las acoge y las agradece. El trabajo de Nørdica es impecable.

 

 

Dicho esto, ahí voy con mi análisis.

 

Puntos fuertes:

 

El aprendizaje: como he dicho muchas veces (porque lo pienso de verdad), los maestros están para aprender de ellos, y Rilke es, sin duda, un maestro. A quien pretenda escribir sin leer a aquellos que son historia de la literatura le deseo suerte…

La edición: fue amor a primera vista. Me encanta que haya editoriales que elijan clásicos de la literatura universal y hagan estas preciosidades. Es un libro maravilloso para tener y para regalar.

Las ilustraciones: sencillas, con historia, muy apropiadas… Un diez.

Hacerme amar más la poesía: no sé si llegará el día en que publique poesía, pero ese día, creedme, seré muy, muy, muy feliz.

 

Lo que más me ha gustado: resaltaría muchos puntos, pero voy a decir que lo que más me ha gustado ha sido la antepenúltima carta, quizá porque trata justo los temas que trato yo en el poemario que acabo de escribir.

Lo que menos me ha gustado: no puedo ponerle ni un pero al autor ni al ilustrador ni a la editorial ni a la traductora y responsable del epílogo. Este libro es un tesoro, y como tal lo tendré en casa.

 

Mi sensación final es que se trata de un libro cuya lectura es necesaria para cualquiera que quiera empezar a escribir poesía. Por eso, lo recomendaré siempre que tenga ocasión.

 

“Si no hay nada común entre usted y los hombres, trate de acercarse a las cosas que no le abandonarán”.

Rainer Maria Rilke

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