Título: El mago de Oz
Autor: Lyman Frank Baum
Editorial: Gribaudo
Ilustraciones: W. W. Denslow
El mago de Oz es (era) uno de esos libros pendientes que seguían acumulando polvo, junto a otros tantos. “Ya lo leeré”. “Ahora no me apetece”. “Seguro que en algún momento”. Pues, bien, por fin puedo decir que lo he leído y os confirmo que sí, que me ha gustado mucho. Uno de los clásicos imprescindibles de la literatura infantil y juvenil, sin duda.
He de decir que me ha recordado mucho a Alicia en el País de las Maravillas. Una historia en la que una niña, acompañada por gente peculiar, recorre un lugar desconocido para volver a casa. Personajes fantásticos, fantasía, algo de magia, aprendizajes… Publicados más o menos en la misma época, este tipo de literatura tenía un público cada vez mayor, por lo que es normal que surgieran algunas de las novelas para niños y jóvenes más importantes de la literatura universal (se nota que este fue el tema que me tocó en la oposición… jeje).
Sabéis que no soy muy fan de los best-sellers, pero sí lo soy de los long-sellers, como es el caso. Que un libro venda mucho en un momento concreto (por motivos, casi siempre, muy distintos a los literarios) tiene poco mérito; pero que un libro venda a lo largo de los años (El mago de Oz se publicó en 1900) y se sigue publicando en ediciones tan bonitas como la de Gribaudo (con las ilustraciones originales y un póster incluido) dice mucho de un libro. Es cierto que las películas ayudan mucho a la popularidad, pero los libros siguen ahí, y eso es de admirar.
Lo bueno de estas historias (uno de los puntos buenos) es que da igual que las conozcamos, que sepamos lo que pasa, porque es tan buena literatura y suponen una lectura tan agradable que el resto no importa. Además, en los tiempos que corren, que niños y niñas puedan leer sobre valores como la importancia de la amistad, el amor propio, la perseverancia o la autoaceptación siempre es positivo, y este libro está repleto de todo eso.
Es divertido, tierno, mágico, ameno, tiene mensajes muy buenos, las ilustraciones son preciosas, los personajes son geniales, hay brujas (¡pensad en Wicked!), animales que hablan… ¿Qué más se le puede pedir a una historia?
Por lo pronto, voy a buscar la película para volver a verla, además de ir pensando en ver Wicked en el cine (el musical en Londres me encantó).
Lo que más me ha gustado: leerlo por fin después de tantos años, además de hacerlo en una edición tan cuidada como esta.
Lo que menos me ha gustado: ¡que se me ha pasado rapidísimo!
“Es más fácil lograr lo que uno desea si se dirige en la dirección correcta”.
Lyman Frank Baum
