¡Bufandas!

Aún a la espera de confirmar fechas, precio, tirada, etc., he pensado que esta semana podía presentaros formalmente a Lina, la protagonista del cuento que da nombre al libro.

Como habréis visto, se trata de una jirafa muy, muy guapa creada, por supuesto, por la genial Marta Marbán de Frutos. Algunos os preguuntaréis «¿por qué ha elegido a una jirafa para ser la imagen de la portada?» Las razones son varias. Por una parte, consideré que el nombre del cuento, «Las bufandas de Lina», era muy adecuado para aparecer en la portada. No es largo. No es demasiado corto. ¿Bufandas? ¿Lina? ¿Jirafa? ¿De qué podrá tratar este cuento? Si seguís leyendo la entrada, lo descubriréis… Otro motivo por el que la elegí a ella fue que es preciosa. Marta supo plasmar exactamente la personalidad de Lina en sus dibujos (aunque bien es cierto, que lo ha conseguido con todos los personajes del libro). Recuerdo cuentos cuyos protagonistas son animales de granja, perros, gatos… Y algunos otros más asiduos a protagonizar historias, pero no conozco ninguno que tenga a una jirafa como personaje principal. Valoré el resto de opciones, visualicé el resultado y la elección fue clara. Además, Lina, presumida como es, estuvo encantada desde el primer momento de ser la cara visible del libro. Ella, como comprenderéis, nunca valoró otra opción que no fuera la de ser protagonista absoluta.

Este cuento, el último que escribí de todos los que forman el libro, nació en mi cabeza al ver una flor de peluche que mi hermano me regaló hace algunos años. Llevaba varios días pensando en posibles animales, acechando a mis ideas para cerrar el libro tal y como lo quería. Pensé en una hipopótamo, una libélula, una leona… Pero faltaba una chispa que hiciera prender el hilo. El último animal en el que pensé fue en una mariposa y, a los pocos días, esa flor de peluche me dio la solución. Mariposas, flores, una jirafa… ¿Qué ocurrirá en el cuento? Por lo pronto, os dejo el comienzo, pero tendréis que esperar a tener el libro para saber qué sucede en un cuento con una jirafa, flores, mariposas y… ¡Bufandas!

«Quiero contaros la historia de la jirafa más presumida que jamás haya existido. Se llamaba Lina, y vivía en una preciosa casa de campo que ella misma había decorado con todo lujo de detalles. Tenía, además, un enorme jardín en el que plantaba todo tipo de flores. Rosas, tulipanes, margaritas, orquídeas… Flores de todos los colores y aromas posibles que embellecían más aún su hogar. Sin duda, era la casa más bonita del lugar.

Pero Lina no plantaba flores solo para decorar su jardín. No las regaba solo para que crecieran sanas y fuertes. No las cuidaba solo porque las quisiera. Como ya os he dicho, Lina era una jirafa muy presumida, y tan solo le interesaban las flores por sus bellos y coloridos pétalos. Con ellos se hacía bufandas kilométricas con las que adornar su larguísimo cuello. Y no tenía dos o tres, no. Sus bufandas podían contarse por millones. Una de rosas rojas. Otra de blancas margaritas. De tulipanes naranjas y de rosas orquídeas. Las tenía de todos los colores y formas posibles, y se las cambiaba constantemente para no estar más de cinco minutos con la misma».

» Los ojos de un animal tienen el poder de hablar un gran idioma». 

Martin Buber

Anuncio publicitario

Eso que siempre he soñado…

Por fin, a tan solo dos días de dejar Madrid y España por una temporada, puedo escribir esta entrada tan ansiada.

Ya tengo las últimas y definitivas maquetas, que han quedado preciosas, y firmado mi primer contrato de edición. Llevo muchísimo tiempo pensando en este momento. El camino hasta aquí ha sido muy largo. Primero, muchos portazos a lo que pensaba sería mi primera publicación, «El destino de Tamarán», la saga de la que os hablaré algún día no muy lejano. Casi siempre eran los mismos motivos.

«Muy buen estilo. Una idea muy original. Un mundo muy bien creado. Unos buenos personajes. Pero no tenemos tiempo para alguien que no ha publicado aún. No tenemos personal para alguien que no ha publicado aún. No podemos arriesgarnos con alguien que no ha publicado aún».

Por fin, tras tomar un pequeño atajo a través de la literatura infantil (jamás lo habría imaginado), aquí estoy. A menos de un mes de ver publicado mi primer libro. A pocos días de conseguir eso que siempre he soñado. A un suspiro de dejar de ser «alguien que no ha publicado aún». Y, sinceramente, no puedo ser más feliz.

«Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace».

Jean Paul Sartre