Hace tiempo que quería escribir una entrada sobre cómo es visto leer en cuanto a afición. Como profesor (aunque sea principiante), y como fomentador absoluto de la lectura, me encuentro con muchas situaciones en las que hay que argumentar con razones sólidas para conseguir que leer no sea visto como algo que la gente rara hace.
Hoy, por ejemplo, al pedirle a una de las alumnas que me dijera tres adjetivos con los que se definiría, me ha dicho que es cariñosa, buena estudiante y aburrida. Le he preguntado que por qué se consideraba aburrida y me ha dicho: «just because I like doing boring things», vamos, que le gusta hacer cosas aburridas. ¿Qué tipo de cosas consideras aburridas?, le he preguntado. «No sé, cosas como leer». ¿Cómo? ¿Desde cuándo leer es algo aburrido? He intentado buscar la mejor respuesta posible, y creo que he dado con una lo suficientemente buena. «Leer no es aburrido. Leer es algo que se hace cuando no quieres estar aburrido». Lo ha pensado durante un tiempo y me ha dicho «es verdad, cuando leo no me aburro, para mí es lo más entretenido que puedo hacer».
¿Por qué, entonces, incluso las personas a las que les gusta leer lo consideran algo aburrido? Quizás sea porque leer no es popular, por decirlo de alguna manera. Durante la primaria, puedes enganchar a los niños y niñas de mil maneras, pero ¿qué ocurre cuando se trata de adolescentes en plena búsqueda de su identidad? ¿Queda bien decir que te gusta leer cuando lo que más nos preocupa en esas edades es ser populares, de una u otra manera? ¿Por qué nadie se avergüenza de decir «me gusta el fútbol» o «me gusta escuchar música» y sí de decir «me gusta leer«? ¿Qué deberíamos nosotros, como profesores, hacer en estos casos? ¿Cómo podemos hacerles ver que leer puede ser igual o más divertido que cualquier otra actividad?
Ahí os dejo la pregunta… ¿Proponéis algo?
«No he sufrido nunca una pena que una hora de lectura no me haya quitado».
Charles de Montesquieu
Leer es trasladarse a otros mundos, conocer nuevos personajes y vivir historias que la realidad nunca te dará, pero estoy segura que para darse cuenta de esto hay que encontrar primero «el libro», ese que te engancha tanto que no puedes creer que se vaya a acabar, y que cuando se acaba es como si perdieras algo muy querido y te quedas vacío. Creo que muchos jóvenes no han encontrado «el libro» y por eso lo consideran aburrido. En cuando den con él, todo cambiará y buscarán libro tras libro esa sensación tan estupenda que tuvieron una vez.
Un beso Jorge!!
Saray
Muchas gracias, Saray, por leer mi blog desde Italia y por dedicarle un tiempo a comentar la entrada. Leer (y los libros) es algo que recuerdo con total claridad cuando pienso en mi infancia y mi adolescencia. No ha habido un solo día de mi vida en que no haya leído nada, ya sea una página de un libro, un poema, etc. Quizás una de las tareas más difíciles de un profesores, como dices, hacer una buena selección de esas lecturas que puedan enganchar a los alumnos a la lectura y que no los alejen de ella.Es obvio que siempre hay gustos para todo, pero estoy seguro de que si les recomendamos libros que a nosotros nos hayan gustado especialmente, rara vez nos equivocaremos. Puede que algún día escriba una entrada sobre esta cuestión.
Gracias una vez más por tu reflexión.
Espero que todo esté «a posto» en Italia.
Un beso grande 🙂
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