Título: Leer después de quemar
Autor: Rafael Soler
Editorial: Olé libros
Para leer la poesía de Rafael Soler hay que hacerlo de manera correcta. No es Soler un poeta a quien se pueda leer en pijama, despeinado, con el cuerpo a medio despertar. Cuando se lee a Soler hay que pensar que se va a hacer algo solemne y, por esa solemnidad, requiere que cada cual se atavíe como mejor considere o pueda.
Camisa bien planchada. Vestido bien plisado. Corbata o collar de perlas si me apuráis. Una buena copa de vino o, ya puestos, un buen güisqui. Y música. Jazz. Piano. Algo tranquilo, de película en blanco y negro, de concierto sudoroso en los años 50.
Entonces, sí. Entonces, podemos empezar a leer a Rafael Soler.
Fuera bromas, qué experiencia la de leer esta selección poética del autor. Porque no es un poeta al uso. No es una poesía académica, ni en las formas ni en el mensaje, pero qué poesía. Qué poemas más directos a la sien, qué versos tan punzantes, qué finales tan rotundos. Imposible quedar indiferente.
Porque Soler se mueve bien en la provocación, en el complicado juego de la seducción, es un gato salvaje que, bien con ronroneos o a zarpazos, deja, con su poesía, alguna señal visible en el cuerpo y más allá de él. Trasciende lo físico para llegar a lugares más profundos del consciente y el subconsciente. Deja huella.
Con un verso libre, alejado de estructuras a las que estemos acostumbrados (no las necesita), el poeta se hace gigante no solo en su corporeidad, sino, también, en su voz. Y no me refiero solo a su profunda voz de locutor de radio (qué voz), sino a su voz poética, a todo lo que tiene que decir a través de su poesía, que es mucho.
Este libro incluye poemas de “Los sitios interiores”, “Maneras de volver”, “Las cartas que debía”, “Ácido almíbar”, y “No eres nadie hasta que te disparan”, por lo que incluye poemas de toda la obra poética del autor, a excepción de su último poemario, “Las razones del hombre delgado”, que me muero por leer. Por lo tanto, creo que es una muy buena forma de iniciarse en la poesía de Soler, si bien está a la venta, también, “Vivir es un asunto personal”, la poesía completa, también con Olé libros.
Por haceros partícipes, también, de la poesía de Soler, comparto algunos de los versos que más me han gustado.
De PODRÍAS JURAR QUE TUVO UNA LENGUA LLAMADA CAROLINA
“rehén en la penumbra quieta
rechaza ese temblor que llaman esperanza
repite
perder para ganar es el secreto”.
De LVIII
“Yo no traje los acantilados
a este páramo de sangre
ni forjé las noches de tormenta que me dices
ni puse viento
en la acerada mies de tus entrañas”.
De ESTA VEZ SÍ, TE LO PROMETO
no es lo mismo morir a que te mueran
De ELOGIO DE UN TAJO EN NUESTRO CUELLO
“la tristeza es un charco a cuya orilla llegan
en busca de consuelo los suspiros
y aquel silencio oscuro que habitó entre nosotros”
De CUADERNO DE RODAJE
“como quien dice
solo ama bien quien bien padece
como quien dijo
cada Caín tiene su Abel y viceversa”
De A TI, QUE SIEMPRE ME SOMETES
“Se empieza por ser dios
a ratos libres y a deshoras
Podéis buscar, también, el poema que cierra este libro y que es una auténtica maravilla: ASOMADO A UN INSTANTE QUE NO ES TUYO.
No me digáis que no tienen una fuerza impresionante…
Lo que más me ha gustado: leer, de una vez, a Rafael Soler (lo tenía muy pendiente), además de dos poemas que me han encantado, como son “Asomado a un instante que no es tuyo” y “Elogio de un tajo en nuestro cuello”. También, esos poemas en los que el poeta hace una apelación constante a un dios ausente, que son muy potentes.
Lo que menos me ha gustado: hay poco negativo que decir sobre la poesía de Soler. La única pega que puedo poner, y ya que he tenido el placer de escucharle recitar varios de sus poemas, es tener que leer con mi voz y no escucharlos en la suya. Quitando eso, nada que añadir.
¿Conocéis al autor? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?
¡Un abrazo!
«pero es preciso indagar
es preciso indagar
solo así da su fruto
el vientre estéril de lo eterno”.
Rafael Soler