Título: Los asquerosos
Autor: Santiago Lorenzo
Editorial: Blackie Books
Este libro fue un regalo de mi hermano en mi último cumpleaños. Él, lector asiduo de thrillers, añadió la visibilidad del libro a la información de la contraportada, en la que nos cuentan que Manuel acuchilla a un policía antidisturbios y se nos vende como un “trhiller estático”. Ahí está uno de los principales problemas de este libro: no es un thriller. Para nada lo es. Y eso, en mi opinión, engaña al posible lector.
Lo cierto es que, visitando librerías, este libro está por todas partes. Es uno de esos libros que han calado, que se ha desmarcado de los típicos libros, que se nos presenta como uno de esos libros que “hay que leer”, algo que, como ya sabréis, tampoco es algo que me encante.
Es verdad que lo empecé con muchas ganas. Que el estilo desenfadado y fresco de Santiago Lorenzo me impactó para bien, que pensaba que iba a ser una lectura a remarcar, pero… bueno, mejor os dejo con mi análisis de puntos fuertes y menos fuertes, que, si no, me enrollo más de la cuenta.
Puntos fuertes:
El estilo: me gusta mucho la forma de escribir del autor. No lo conocía hasta ahora. Es un escritor que, sin duda, sabe escribir y disfruta haciéndolo. Se nota y, en ese punto, la lectura de este libro es un acierto.
El léxico: qué riqueza de vocabulario. Qué maravilla, en ese aspecto. Os voy a poner algunas de las palabras que he anotado para buscar su significado (larguita, como veis): acendró, chiscón, mílite, mor, chines, diedro, miñón, adláteres, cenotafio, mansarda, artesa, sevicias, abluciones, , enjalbegar, quena, colegir, predio, talanquera, empercudir, falansterio, edáfico, gazmoñería, astroso, recua. ¿Qué os parecen? ¿Os animáis a buscar los significados de aquellas palabras que no conozcáis?
Las localizaciones: será simple coincidencia, pero en el libro aparecen localizaciones por las que paso a diario en mi camino de casa al colegio, como Torre Arias, Julián Camarillo o Arcentales, y, además, mi barrio de toda la vida: ¡Moratalaz! Obviamente, esto no suma para el resto de lectores, pero a mí me ha hecho mucha ilusión.
La situación del autor: puede que esto sea una estupidez, pero encontrar libros bien editados (me encanta esta editorial), bien distribuidos, bien promocionados y bien cuidades de autores que sean eso, autores, y no por ser famosos, youtubers o influencers, me parece todo un logro.
El punto filosófico: todo lo que le ocurre al protagonista hace que nos replanteemos algunas formas de vida, a dónde nos lleva esta vida atropellada que casi todos vivimos… Que nos replanteemos las cuestiones más antiguas de la humanidad: ¿quiénes somos y adónde vamos?
Puntos débiles:
Lo repetitivo: no sé hasta qué punto era necesario insistir tanto en la situación por la que pasa el protagonista para comprender lo que le ocurre. Quizá, si no fuera así, el libro se quedaría algo cojo, pero… Se me ha hecho pesado. Muy pesado. ¿Sabéis esa sensación de querer acabar un libro solo para ver si el final justifica haber seguido leyendo sin ganas? Me ha pasado. Como he dicho, me encantó el principio, pero, ufff… Se me ha terminado haciendo bola, la verdad.
La “moralina”: si hay algo que detesto en un libro es que el autor o la autora tratan a los lectores de idiotas si no actúan o piensan como ellos dicen. Aquí ocurre. De forma, además, muy descarada. A mí me parece genial que cada uno viva como quiera, siempre y cuando respete a los demás, pero aquí no he visto ese respeto. Aparecen frases como “…en la cola de qué espectáculo para faltos” o dar a entender que aquellos que se hacen la típica foto sujetando la Torre Inclinada de Pisa es imbécil. No sé a vosotros, pero a mí leer comentarios así no me gusta.
Lo que más me ha gustado: la forma de escribir, no tengo dudas. “Traía blanca hasta la sombra” y frases así, poéticas, trabajadas, bonitas de leer, hacen que, a pesar de ser una lectura que se me ha atragantado, haya podido disfrutarla.
Lo que menos me ha gustado: creo que ha quedado claro en los puntos que menos me han gustado. Sí. Lo siento, pero es una de las cosas que menos me gusta leer, y en este libro es demasiado evidente.
Lo he comentado con varios amigos y amigas y les ha pasado lo mismo. Algunos, incluso, no lo han podido terminar. No es un mal libro, está claro, y el autor tiene mucho oficio, pero me cuesta creer que nadie haya notado esa pesadez al leerlo, ese “venga, hombre, que pase algo ya; que ya sé que el protagonista hace ciento cincuenta mil apaños en casa con un destornillador; que ya sé que en el pueblo al que se muda no hay nada que hacer; que ya sé que odia vivir en sociedad; pero… ¡que pasa algo!” Una pena, porque la idea es buena y la forma en que está escrito es genial, pero no puedo decir que haya sido un libro que me haya encantado.
¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido?
¡Un abrazo!
“Todos somos candidatos a asquerosos”.
Los asquerosos
Este libro fue propuesto para debatir en un Fórum de lectura al que acudo con regularidad. En las primeras páginas me gustó mucho el rico y diferente lenguaje que utiliza, las frases cortas y contundentes, la ironía inteligente que rezuma. A medida que avanzaba en la lectura, las descripciones, antes, ricas y sorprendentes, resultaban cansinas y repetitivas.
Es un libro que estaba deseando acabar y que hubiera dejado si no hubiera sido propuesto para el Fórum.
Totalmente de acuerdo con Jorge, en lo referente a los insultos y descalificaciones que utiliza, al referirse a los personajes que escogen otra manera de vivir. Un recurso fácil y poco elegante en un escritor que hace filigranas con el lenguaje.
Pilar Palazuelos
Hola Pilar:
Mil gracias por dedicarle a mi blog un poco de tu tiempo y compartir tu experiencia lectora.
Me pasó exactamente lo mismo que a ti: empezó muy bien y se fue deshaciendo hasta estar a punto de dejarlo y acabarlo casi a regañadientes.
No sé a ti, pero a mí las etiquetas de «libro del año» y esas cosas me suelen echar bastante para atrás…
Gracias de nuevo y bienvenida al blog siempre que quieras.
Un abrazo fuerte,
Jorge Pozo Soriano
Hola Jorge!
Gracias por la bienvenida, es un gusto poder conocer las opiniones de otros lectores, esto demuestra que los libros son inabarcables…
En cuanto a la etiqueta, «libro del año», me parece muy triste para el libro que ostenta el título, por poco interesante que este sea. Es sinónimo de llamarada de cartón …
Un abrazo, también para ti, Jorge.
Hola Pilar!
Gracias por tu tiempo.
Yo me fío cada vez menos de esas llamadas. Si un libro es tan bueno, no necesita esos pregones ni esos púlpitos…
Un abrazo fuerte y a seguir entre libros,
Jorge Pozo Soriano