Crítica: La mujer de la arena

Título: La mujer de la arena

Autora: Kobo Abe

Editorial: Siruela

Una de mis costumbres cuando viajo a cualquier lugar es entrar en una librería y llevarme un libro. Este “La mujer de la arena” lo encontré en “La república de las letras”, una preciosa librería en Córdoba, el día que presenté allí mi “Escrito bajo las uñas”.

También es costumbre, de vez en cuando, leer literatura asiática, así que esa fue una de las razones por las que esta fue mi elección.

Abe es uno de los autores japoneses más importantes de los últimos tiempos y, además, esta es su obra más conocida, por lo que era complicado no acertar.

Y el libro me ha gustado, sí. Tengo claro que ocupa el lugar que merece como “una de las obras maestras de la literatura japonesa del siglo XX”, como reza la contracubierta. Es original, transmite una sensación de angustia tan real que es fácil hacerla propia, está perfectamente escrito, cumple con su misión… peeeeeeero (sí, esta vez sí hay un pero) me he aburrido en algunos momentos y la parte intermedia se me ha terminado haciendo un poco bola. 

Es una historia que ocurre en un único lugar, con (salvo momentos muy concretos) solo dos personajes, y uno de ellos apenas habla. Con esos dos puntos, ya suena algo aburrido, no me digáis que no. Además, si le sumamos que hay arena, arena, arena, arena y mucha, mucha, mucha arena y que se habla muchísimo de la arena y que todo se debe a la arena y que siempre hay arena y más arena… Pues, eso, que teniendo claro que el objetivo del libro (en mi opinión, trasladar esa angustia existencial al lector) se cumple a la perfección, algunas páginas menos habrían ayudado a que la lectura, además, fuera más trepidante, tuviera algo más de ritmo.

Dicho esto, me sigue maravillando cómo los y las escritores del continente asiático son capaces de expresar con precisión de cirujanos el interior del ser humano, sus miedos, sus preocupaciones, sus tabús, su comportamiento… En este libro, el personaje principal se encuentra ante una situación tan absurda y complicada al mismo tiempo que acaba por actuar de una forma absolutamente desquiciada. Tan al borde del abismo lo sitúa Abe que su proceder es delirante, le obliga a adoptar una manera de explorarse tan extrema que nos empuja también a nosotros al desasosiego. 

Y la historia fluye, aunque algo lenta en mi opinión.

Y la trama encaja.

Y el final es exactamente el que tenía que ser.

Y ahí lo dejo, porque, si queréis saber más, tendréis que leerlo (sí, lo recomiendo, a pesar de ese pero).

Lo que más me ha gustado: de todo maestro se aprende, y es lo que he intentado hacer con esta lectura.

Lo que menos me ha gustado: esas partes más aburridas y, sí, algunas toneladas de arena.

“La derrota viene solo cuando uno cree que está perdido”.

Kobo Abe

Crítica: Libro del frío

Título: Libro del frío

Autor: Antonio Gamoneda

Editorial: Siruela

Reconociendo (y viendo) la maestría de Gamoneda y su poesía, no va a ser este “Libro del frío” el poemario suyo que más me guste.

Hay figuras que (permitidme el juego fácil de palabras) te dejan helado (suena incluso peor escrito que pensado), pero ya sabéis que la poesía breve me gusta en su justa medida, y aquí casi todo es poesía breve.

Insisto en que Gamoneda es tan buen poeta que llega casi de cualquier forma, aunque no sea la que más nos guste, y que siempre se aprende cuando escribe un maestro. Creo, también, que es bueno que un poeta investigue distintas versiones de su poesía, que no escriba siempre de los mismos temas o de la misma forma, y estos poemas del Premio Cervantes 2006 hacen ver su escritura desde otra esquina, desde otro plano, desde otra mirada.

Porque el sentimiento está. El mensaje está. La calidad está. Esta una visión brutal de envejecer, del deterioro, de la enfermedad y las pérdidas. Pero a mí, que soy más de leer o escribir poemas algo más extensos, estos se me quedan algo cortos. Quizá porque les veo tantas posibilidades de haber sido más largos que me quedo un poco a medias.

Pero esto es cosa mía. No seré yo quien diga que un poeta de la talla de Gamoneda no escribe bien. Es, supongo, cuestión de gustos.

Lo que más me ha gustado: puede que eso mismo que no me ha terminado de convencer sea, a su vez, lo que más me ha podido gustar: descubrir que, cuando se sabe lo que se hace, se es capaz de expresar mucho en poco espacio, con las palabras justas.

Lo que menos me ha gustado: algunos poemas más largos, porque hay muy poquitos de esos en este libro y bastantes de ellos me han dejado (no aprendo y vuelvo a los juegos fáciles de palabras) un poco frío (perdón).

¿Conocéis al autor? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?

¡Un abrazo!

“Es la impureza y la piedad, el alimento de los cuerpos abandonados por la esperanza”.

Antonio Gamoneda”, en “Libro del frío”.