Crítica: La asombrosa tienda de la señora Yeom

Título: La asombrosa tienda de la señora Yeom

Autora: Kim Ho-Yeon

Editorial: Duomo Nefelibata

Voy a confesar un par de cosas:

La primera es que sí, que me compré es libro coreano solo porque iba a visitar Corea (la foto es allí, de hecho).

La segunda es que no, que no era mi primera opción. Más bien, ni siquiera era una opción, pero el tiempo me apremiaba, no había varios de los que sí tenía anotados para leer y este fue el elegido.

Dicho esto (uno se queda más tranquilo reconociendo ciertas verdades), paso a hablar de lo que me ha parecido este libro.

Hacía ya tiempo que no leía una novela de las llamadas “feel-good”. Para mí, tuvieron su momento y, ahora mismo, se repiten bastante: negocios donde ocurren cosas buenas a las personas que lo frecuentan con la intención de dejar una buena sensación en el lector, hacerle pensar que no todo está perdido y que la humanidad aún guarda algunos rasgos de humanidad… La verdad, cada vez tengo más dudas al respecto. Creo que ya es hora de que este tipo de historias lleguen a su fin. Hay mucho que leer así y todo muy parecido. Algo así como ocurre con la nueva literatura romántica: lees unos pocos libros y ya has leído todos (siempre en mi opinión, claro está).

En cuanto a si me ha gustado o si no… Bueno, tampoco puedo decir que no me haya gustado (al fin y al cabo, estos libros están escrito justo para eso, para que gusten). La trama está bien construida, se conoce algo mejor la cultura coreana, tiene varios momentos tiernos… pero, la verdad, me ha parecido una historia prescindible (más aún sabiendo que fue el libro más vendido del año en Corea, con más de un millón de ejemplares vendidos, qué queréis que os diga, esperaba algo mejor.

Es entretenido, pasas el rato, pero nada más. Me ha ocurrido algo así como con esa película de sobremesa que pones un poco de fondo al mediodía para quedarte dormido y que, al despertar y perderte un buen trozo, te quedas tan contento como estabas. No sé si me explico.

Por lo que a mí respecta, ha llegado el momento de no leer (al menos, durante un tiempo largo) más novelas de este tipo.

¿La recomiendo? Si no habéis leído mucho feel-good, os puede gustar, aunque os recomendaría antes otras tantas, si os soy sincero.

Lo que más me ha gustado: esas pinceladas de cultura coreana.

Lo que menos me ha gustado: que, con el poco tiempo que tengo últimamente para leer, habría preferido algo que me aportara un poco más que algo de entretenimiento.

“La vida es lo que pasa mientras resuelves problemas”.

Kim Ho-Yeon

Crítica: El dolor de los demás

Título: El dolor de los demás

Autora: Miguel Ángel Hernández

Editorial: Anagrama

A veces hay libros que sabes que son buenos, pero con los que no conectas.

A veces sabes reconocer el buen oficio del escritor, pero no te engancha lo que ha escrito.

A veces es una recomendación de alguien de quien te fías por completo, pero termina por no convencerte.

Esto es justo lo que me ha pasado con este libro.

No sé si no era mi momento para leer una historia así; si la situación de guerras, muertes y sucesos constantes me hace huir de más dolor; si estoy en un punto en el que creo que el true crime se nos está yendo de las manos; o si, simplemente, este no es un libro para mí.

El caso es que he dejado el libro a medias, aunque no miento si digo que es evidente que Miguel Ángel Hernández no solo es un muy buen escritor, sino que ha realizado una labor de investigación y documentación descomunal y que ha sido capaz de hilar el suceso que vertebra esta historia con la suya propia.

Puede ser que ahora no me apetezca leer sobre la maldad humana, sobre asesinatos, sobre muertes ni tragedias. Puede que mi mente me pida algo diferente, algo menos angustioso, algo más esperanzador.

No ha sido mi lectura, está claro, pero quizá sí sea la vuestra.

Lo que más me ha gustado: esa mezcla de pasado y presente, del punto de vista anterior con el actual, de esas dos historias.

Lo que menos me ha gustado: no haber querido terminarlo, pero me suelo hacer caso si sé que no quiero seguir leyendo un libro.

“No sé si es egoísmo o la necesidad de vivir mi vida sin tener que dar explicaciones a nadie”.

Miguel Ángel Hernández

Crítica: Y en tu piel se quema el tiempo

Título: Y en tu piel se quema el tiempo

Autor: Sebastián Moreno

Editorial: El toro celeste (Colección La Calderona)

No acostumbro a leer teatro, menos aún a reseñarlo.

En realidad, no hay ninguna razón para que esto sea así más allá de que (creo) al teatro le cuesta más aún que a la poesía llegar a los lectores. Quizá sea que yo tampoco busque demasiado o que todo lo demás que leo me lleve ya mucho tiempo. O también puede ser que crea (equivocadamente) que me gusta menos leer teatro que cualquiera de los otros géneros.

Por eso, recibí este libro con una mezcla de miedo, respeto, ganas y duda.

Y… me lo he bebido. 

Antes de nada, tengo que decir que me ha gustado muchísimo, que he disfrutado como un enano leyéndolo, que ha sido un placer absoluto leerlo.

En primer lugar (permitidme que sea así), por el lenguaje de Sebastián Moreno, que es poético a rabiar, que es bonito, que está impecablemente cuidado, perfectamente elegido. Es un lenguaje tan bien construido que el tema, que es duro, se convierte en algo incluso bello. Y ese es el segundo punto que quiero destacar. El tema. VIH. Años en los que la enfermedad era un estigma, un horror, prácticamente una sentencia de muerte, el rechazo más absoluto. Como digo, un tema duro que, a pesar de un lenguaje tan hermoso, duele, se nos clava dentro, nos lastima y nos atemoriza y nos sacude como al protagonista de esta historia. Esa mezcla de un tema tan doloroso y un lenguaje tan apaciguador es la que permite que el texto fluya, al mismo tiempo, con el ímpetu de un río desbordado y al ritmo pausado de un arroyo escondido entre las montañas. La unión de lo visceral con el raciocinio. Del grito con la quietud. De la sangre con la cicatriz. Qué complicado es encontrar libros tan bien escritos, más aún cuando hablan sobre algo tan tremendo. Y eso es lo que ha conseguido hacer Sebastián Moreno con este “Y en tu piel se quema el tiempo”.

Quiero destacar, también, la maravillosa labor editorial que está llevando a cabo El toro celeste, especialmente el cuidado de estas colecciones tan cuidadas y casi recién nacidas.

Qué bonito es leer cuando se escribe tan bonito.

Lo que más me ha gustado: creo que ya ha quedado claro, pero, por si quedan dudas, me quedo con esa poesía en el texto, con el lenguaje.

Lo que menos me ha gustado: que tendré que leer más teatro a partir de ahora, con el poco tiempo para leer que tengo.

Cuando algo duele, lo primero que duele es el lenguaje.

Sebastián Moreno

Crítica: La historia del movimiento obrero de las hormigas

Título: La historia del movimiento obrero de las hormigas

Autor: Juan Carlos Mestre

Selección: Raquel Ramírez de Arellano

Editorial: Kalandraka

Nunca había leído a Juan Carlos Mestre. Había coincidido con él en algún acto, pero no nos conocemos en persona, así que nunca hablamos. Tan solo lo escuché. Hoy puedo decir que eso ha cambiado.

Seguimos sin conocernos y sin haber cruzado palabra alguna, pero ya lo he leído. Y lo he hecho en esta preciosísima colección que edita Kalandraka, una de mis editoriales favoritas, y que corre por cuenta de Raquel Ramírez de Arellano. Tanto este título como “La tibia mano de mi hija”, colección de poemas de Francisca Aguirre (a la que sabéis que adoro), que reseñé también aquí https://jorgepozosoriano.com/2024/12/21/critica-la-tibia-mano-de-mi-hija/ , son una delicia visual y me hacen desear muchos más títulos en esta nueva colección.

Lo primero que tengo que decir es que no tenía la más ligera idea de que Mestre, además de poeta, era tan (tan) buen pintor. Este libro está ilustrado por él y, creedme, son unos dibujos espectaculares que no pueden dejar indiferente a nadie. 

En cuanto al Mestre poeta, desde luego que no puede decirse que sea un poeta como otros muchos. Creo que la originalidad de su voz poética es evidente, y quizá esa sea la seña de identidad de su poesía. Poemas cargados de imágenes, de simbología, de juego, de humor en algunas ocasiones. Surrealismo. Fantasía. Experiencia. Sueños.

Es, la de Mestre, una poesía especial, no sé si única, pero sí muy particular, muy personal. Una poesía que quizá suene a tiempos más lorquianos, más albertianos que a tiempos actuales y, al mismo tiempo, actualcomo las voces de algunos poetas más jóvenes que pueden ver en esta forma de escribir su propia forma de ser poetas. 

Desde luego, no es la poesía que escribo ni que suelo leer, pero me gusta leer poesía diferente a la habitual si hay oficio detrás, si hay conocimiento, si hay un poeta detrás, y Juan Carlos Mestre tiene nombre propio en el universo poético en castellano, de eso no hay duda.

Si, además, leer sus poemas viene acompañado de una edición tan cuidada y bella como esta, hacerlo supone un regalo.

Lo que más me ha gustado: leerlo por primera vez. Ver sus dibujos por primera vez.

Lo que menos me ha gustado: he visto algún vídeo en el que dedica sus libros haciendo una acuarela. Quiero uno así. No tenerlo es lo que no me gusta.

Tú eras todas las dinastías que ha tenido la Tierra.

Juan Carlos Mestre

Crítica: La novia grulla

Título: La novia grulla

Autor: CJ Hauser

Editorial: Libros del Asteroide

Lo creáis o no, esta vez no me hice con este libro por mi amor incondicional y mi atracción irremediable por los libros de Asteroide, sino que ha sido otro préstamo, de nuevo de mi amiga María.

Es cierto que lo tenía apuntado para hacerme por él, pero ella me dijo que le había gustado y, aunque el dato tampoco es especialmente relevante para lo que cuenta el libro, sino que, más bien, es un pistoletazo de salida, las primeras palabras de la contracubierta me obligaron a pedírselo: “Diez días después de cancelar su boda, CJ Hauser se embarcó en una expedición a Texas para estudiar a la grulla trompetera. No pude remediarme.

Y, sí, el libro me ha gustado muchísimo. La vida de CJ Hauser es, desde luego, lo suficientemente interesante como para dejar testimonio de ella y, además, escribiendo sobre ella así de bien… era casi obligatorio hacerlo.

Con ese inicio de cancelación de boda y “huida” para estudiar grullas trompeteras en Texas (ay, Texas), Hauser hace un estudio minucioso y muy acertado sobre el amor. Sobre sus aproximaciones personales al amor, sí, pero muy extrapolables a muchas situaciones que todos hemos vivido alguna vez.

Amor. Desamor. Esperanza. Desilusión. Fortaleza. Ruina. Incredulidad. Ilusión. Y, también, familia, amistad, infancia… Un acercamiento a las relaciones personales desde una pluma muy bien afinada, con muchísimo humor, con sarcasmo, con frases a las que no puedes evitar volver o copiar y compartir en historias de Instagram (puede que sea el libro con el que más lo haya hecho).

Es una lectura fresca, aunque deja varios posos, como esas historias que te hacen sonreír o reír a carcajadas, pero que luego pinchan un poco porque narran momentos complicados, tristes, hirientes. Eso sí,Hauser nunca pierde la esperanza, como hemos de hacer nosotros. A pesar de los tropiezos, siempre halla la forma de ilusionarse de nuevo, incluso si el camino la lleva a estudiar aves.

Muy recomendado, sobre todo si vuestra vida amorosa (como la mía) deja un poco que desear, si acumuláis fracasos amorosos, si habéis pasado por rupturas, engaños y chascos y, aun así, seguís buscando luz en cada esquina.

Lo que más me ha gustado: la cantidad de citas que me han encantado.

Lo que menos me ha gustado: quizá, que la historia ha ido perdiendo un poco, que el principio me ha gustado mucho más que el final.

“[…] y comprendí que no era algo tan extraordinario que una persona entendiera lo que otra persona necesita”.

CJ Hauser

Crítica: El cementerio de Everden

Título: El cementerio de Everden (saga)

Autor: Beatriz Osés

Ilustraciones: Mónica Armiño

Editorial: Planeta

Mensaje de Beatriz Osés un 4 de marzo por Instagram en el que me avisa de que presente el segundo libro de esta saga, “El cementerio de Everden, La desaparición de Madison Kelly”, en la Librería Taiga el día 15 de marzo. Mi respuesta terminaba con un “A ver si me puedo pasar” a lo que ella contestó con un “Ojalá pudieras venir, porque te pediría que me presentaras. Tú lo bordarías. Un besazo”. Cosas de “la Osés”.

El caso es que yo no me había leído los libros aún, pero los tuve un día 12 y me los leí del tirón, porque, la verdad, los dos son una delicia y se leen casi solos.

Me suele pasar esto con la gente a la que quiero, que me meto en “embolaos” porque me apunto a lo que me pidan. Y a Beatriz, ya lo sabéis, la quiero mucho.

Y se lo presenté el día 15, con la librería totalmente llena, con mucho niño y mucha niña, con amigos, familia y personas que conocí ese mismo día. No sé si, como ella pensaba, lo bordé o no, pero sí estoy seguro de que pasamos un rato muy divertido, que fue muy natural (como siempre intento que sean mis presentaciones), que nos reímos un montón y que, leyéndome la mano, Beatriz me auguró amor.

Hablamos de los libros, de su argumento, del proceso de escritura, de los personajes, de las ilustraciones, de algunas conexiones con otros libros suyos, de la familia, de la amistad, de vaqueros, aprendimos algunas (dos) palabras en alemán, cantamos el “Cumpleaños feliz”, comimos chuches… Lo que os decía, una tarde muy bonita que nos regaló la literatura.

Esto es lo mejor que me ha traído ser escritor: toda la gente maravillosa del mundillo a la que voy conociendo, esas conexiones tan especiales como la que tengo con Beatriz, poder formar parte de los libros, que son mis objetos favoritos en el mundo.

En cuanto a esta saga, qué voy a deciros, que son estilo Osés por los cuatro costados. Que tienen misterio, que están impecablemente escritos, que hay muchísimo humor (marca de la casa), con un grupo de protagonistas que es genial… A nadie se le escapa a estas alturas que Beatriz Osés es una de las mejores escritoras de infantil y juvenil del panorama nacional, como a mí tampoco se me escapa (y así lo dije en la presentación) que tardará poco en darle el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil o el Cervantes Chico. Ahora mismo, no veo a nadie que lo merezca más que ella.

En definitiva, que Beatriz Osés es apuesta segura para enganchar a niños y jóvenes a la lectura (y a adultos, si hiciera falta); que leer sus libros es una gozada; que, además (y como siempre digo), da gusto saber que, detrás de una buena escritora o un buen escritor, hay una buena persona. Beatriz es mucho de las dos cosas. Y yo tengo la inmensa suerte de ser su amigo y de que me pida que presente algunos de sus libros. A veces creo que, sí, que soy una persona muy afortunada.

Para rematar la reseña, qué preciosidad de ilustraciones de Mónica Armiño. Insisto, qué preciosidad.

* En cuanto al dedazo de la foto, podría contaros que fue un ente paranormal salido del propio cementerio que nos visitó, pero fue un ente bastante normal, la hermana de Beatriz.

Lo que más me ha gustado: los tres personajes principales. Son una verdadera delicia.

Lo que menos me ha gustado: la espera hasta leer el siguiente.

“¿Qué diantres hacía yo en este lugar?”

Beatriz Osés

Crítica: La pistola de mi padre

Título: La pistola de mi padre

Autor: Rafael Soler

Editorial: Contrabando

Antes de hacerme con el libro, pude abrazar a Rafael Soler. Lo hice el mismo día de la puesta de largo de esta, su última novela, en el edificio de la SGAE en Madrid, en la presentación con Luis Landero. Después del abrazo, vino la dedicatoria: “Para Jorge Pozo Soriano, al que tanto quiero”. Porque Rafa Soler es así. Rafa es de abrazar. De querer. De realidad. De acoger. De compartir. De acordarse siempre de que reclamo mis dos apellidos, más aún este año, que hace diez desde que perdí a mi madre. Y que Rafa Soler te quiera es ya de por sí un regalo que agranda aún más el regalo de leer cualquiera de sus libros. Qué suerte la mía.

Dicho esto, y como comprenderéis, estoy seguro de que, entre la objetividad con la que siempre escribo las reseñas de los libros que leo, se me colará algo de ese cariño que le tengo y que es inmenso. Eso sí, seré justo. Lo prometo. De verdad.

Lo primero que tengo que decir es que “La pistola de mi padre” es creíble. Es creíble la historia, lo que ocurre y cómo ocurre, y es creíble que lo ha escrito Rafael Soler. Y es tan creíble que lo ha escrito él que, sin pretenderlo, lo lees con su voz, con esa voz tan suya, pero que también es un poco de quienes lo conocemos, porque la voz de Soler te invade la primera vez que la escuchas y ya reverbera en ti para siempre. Y lees toda la novela con su voz y no con la tuya, y eso es un gustazo, porque escuchar esa voz es conectar con él mismo, y es una de esas conexiones que no quieres perder nunca, que no quieres dejar de sostener jamás, igual que no quieres nunca dejar de escuchar esa voz de monzón que con tanta fuerza te golpea cada vez que la escuchas.

Continuaré diciendo que es literatura total porque, en este libro, vemos (leemos) a todos los escritores que hay en Rafael Soler: el novelista, el relatista, el poeta. Un menú completo. Primero, segundo y postre. Y un güisquito. O un gintonic. Con hielo. Sin artificios. Menú del día, en mesa con mantel de papel y servicio de pan incluido. Una comida en uno de esos restaurantes en los que comían (comen) las familias como los Cortázar, los protagonistas de esta historia. Costumbrismo español. Picaresca española. Café, copa y puro. Y un chupito de pacharán. 

El estilo de Soler es (y esto se dice mucho porque es verdad) inconfundible. Te agarra por la solapa del abrigo casi desde el título y te zarandea a su antojo, te abofetea según convenga, te escupe al hablar, te grita… y no te suelta porque, además, tampoco tú quieres que te suelte. Te secuestra y te dejas secuestrar. Síndrome de Estocolmo, lo llaman, pero bien podría llamarse Síndrome de Soler. Porque sigues leyendo absolutamente atrapado y, cuanto mayor es la vorágine, cuanto más incontrolable es el ritmo (esos diálogos que son como el final de un espectáculo de fuegos artificiales), más y más lees. Y te vuelves parte de esa vorágine, de ese espectáculo pirotécnico, de cada uno de los cañonazos que te llegan al pecho. Y es difícil, muy difícil, que tu estilo se reconozca desde la primera página, un privilegio con el que solo cuentan unos pocos, y Soler es, sin duda, uno de esos privilegiados.

Me lo he bebido. Literalmente. Y, porque uno tiene ciertas obligaciones que se lo impiden, pero, si me pilla de vacaciones, me lo habría leído de una sentada. 

Para terminar, me veo en la obligación de decir que sí, que supongo que el cariño me puede hacer leer de otra forma, pero nada de lo que digo aquí es mentira. Es más, seguramente me quede corto para que no me tachéis de partidista. 

Leed a Rafael Soler. En cualquiera de sus facetas. Y, si podéis, id a verlo a alguna presentación. Escuchad su voz. Abrazadlo, aunque sea en la distancia. Y dejaos abrazar. Queredlo como yo lo quiero, haceos ese favor.

Lo que más me ha gustado: la capacidad de sacudirte por completo de los diálogos.

Lo que menos me ha gustado: por decir algo, algunas erratas de más. Nada preocupante.

“La memoria es piadosa con los suyos”.

Rafael Soler

Crítica: La nieta del señor Linh

Título: La nieta del señor Linh

Autor: Philippe Claudel

Editorial: Salamandra

Tener buenas amistades es el mejor de los regalos, pero si, además, esas amistades son lectoras tan buenas como mi amiga María y te prestan libros cuando los necesitas, el regalo es doble.

Ella siempre hace unas recomendaciones de las lecturas que más le han gustado a final de año en sus redes, y, después de ver las de este año, le pedí algunos de los libros de los que habló. Curiosamente, este no estaba en esa lista, pero, cuando me dejó otros dos, me dijo “y añado este, porque sé que te va a gustar”. Y, sí, me ha gustado mucho.

Algunas veces también ocurre que los libros llegan cuando tienen que llegar, y es lo que ha ocurrido con este. Últimamente leo sobre todo de camino al trabajo, en el metro, pero, estando de baja, necesitaba algo así, no demasiado extenso, tranquilito.

Como curiosidad, he sabido que ya había leído a este autor llegando casi al final, porque no fui consciente hasta entonces de que es el autor de El archipiélago del perro, una novela que me encantó y que reseñé hace tiempo:

Sin que tengan nada que ver uno con otro, los dos me han gustado mucho.

Esta breve novela podría definirse con una sola palabra: ternura. Es una fábula muy tierna sobre las guerras, sobre el exilio, sobre la supervivencia, sobre la fortaleza humana, sobre el amor, sobre la familia, sobre la amistad, sobre la bondad, sobre el poder de la memoria. Es una historia amable que nos permite pensar que no todo está perdido, que existen personas buenas dispuestas a ayudar a quienes lo necesitan.

Una novela en la que tan solo un par de personajes son suficientes para abrazarnos y mantenernos pegados a las páginas, para hacernos sonreír, para insuflarnos esa ternura que atraviesa toda la historia, para, al terminar la lectura, reconfortarnos por dentro.

Una pequeña joya.

Lo que más me ha gustado: esos dos personajes tan maravillosos.

Lo que menos me ha gustado: que algo que ocurre al final se intuye bastante pronto, aunque no le ha restado a la historia.

“¿Qué es la vida sino un collar de heridas que cada hombre se cuelga del cuello?”.

Philippe Claudel

El tercer sacramento

Título: El tercer sacramento

Autora: Ana Blandiana 

Editorial: Visor

Ana Blandiana es una de las grandes damas actuales de la poesía, eso no se le escapa a nadie.

Tuve el gusto de que Casa del Libro me invitara a un acto con ella y, la verdad, a pesar de escucharla en su idioma, el rumano, y tener que esperar a que la traductora nos hiciera comprender, fue un lujo compartir ese tiempo con ella.

Habló de Rumanía, de la dictadura de Ceausescu, de cómo todo eso influyó en su poesía. Leyó poemas con esa voz que te rompe, aunque no entiendas ni una palabra (así de poderosa es la poesía). Nos atrapó a todos los asistentes y nos regaló un momento de esos que se recuerdan siempre.

Con un lirismo apabullante, la autora rumana se llena (nos llena) de preguntas sobre la condición humana(¿Qué sabemos?/¿A quién conocemos?), indaga sobre los pasos que vamos dando a lo largo de la vida. Duda y, en consecuencia, nos hace dudar. Se plantea interrogantes a sí misma, nos los plantea a los lectores, lo hace, incluso, a entidades superiores (¿Qué culpa? ¿Qué traición? ¿Qué falta?)

Es este libro un camino que recorre la nostalgia, la sentimentalidad, el sufrimiento, la incomprensión… Temas tan humanos que todos hemos transitado en algún momento, haciendo que estos poemas de Blandiana nos atraviesen con toda la fuerza con que fueron escritos.

Si os gusta la poesía, creo que es de obligado cumplimiento leer a esta autora, ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2024 y cuyo nombre siempre suena para ganar el Nobel de Literatura (sería más merecido que el último entregado, por ejemplo, aunque ese es otro tema). Si os gusta la poesía, acercaos a Ana Blandiana y disfrutad de sus versos. Es, simplemente, maravillosa.

Lo que más me ha gustado: como su poesía me ha encantado siempre, me quedo con haber podido hablar un ratito con ella (traductora mediante), decirle que los poetas españoles estábamos muy pendientes de su poesía y escuchar de ella que eso era un honor y que siga escribiendo, además de tener tres libros suyos dedicados.

Lo que menos me ha gustado: no poder entenderla cuando habla en rumano, porque su voz y su forma de hablar son una delicia.

“Atardece sobre mí,

tal como yo atardezco”.

Ana Blandiana

Crítica: Respira

Título: Respira

Autora: Tim Winton

Editorial: Libros del Asteroide

Elegí este libro por varios motivos.

Es de Libros del Asteroide. El título invita a la calma. Literatura australiana. El mar. El color azul. La adolescencia.

Me parecieron razones de peso para leerlo. No me equivoqué.

En resumen (muy concentrado) es un libro sobre el paso de la adolescencia a la vida adulta, narrado con los recuerdos del protagonista, en Australia, rodeados de océano, de olas y de mucho surf.

Hay amistad. Hay rebeldía. Hay naturaleza. Hay peligro. Hay sexo. Hay miedo. Hay inconformismo. Hay libertad. Hay un “hacer del miedo el motor de la vida”.

Hay un deseo inherente a todo adolescente de forjar una personalidad bien construida para nosotros mismos y para los demás; una necesidad de encajar en la sociedad, pero tratando de hacer encajar nuestras normas; una búsqueda de salir de lo común; un no querer ser corriente (“Tal vez no esté tan mal ser un simple tipo corriente”).

Está tan bien escrito que no importa pasar varias páginas solo para coger una ola. Es más, se agradece, porque tú también estás allí, sentado en esa misma tabla, observando el cielo y con los pies dentro del agua, pensando si en ese mar habrá tiburones acechándote desde el fondo.

Es un libro para salir de la ciudad, para ir a una isla y dejarnos abrazar por el océano, aunque nos golpee con la fuerza que golpea a estos dos chicos que no se conforman con la vida que tienen, como nos pasa a muchos en infinidad de ocasiones.

Un libro para volver a una adolescencia que cada vez queda más lejos y volver a ser, aunque solo sea durante un momento, rebeldes e inconformistas.

Un libro muy recomendable.

Lo que más me ha gustado: ese escape, esa huida a otra parte, a otro tiempo. Ha sido un viaje muy agradable.

Lo que menos me ha gustado: nada que ver con el escritor, sino con los leísmos constantes y con los varios errores como “por delante mío” o “delante mío”, que aparecen y me choca bastante que nadie los haya corregido a tiempo.

“Basta un átomo de duda para volverte vulnerable”.

Tim Winton