Crítica: La sastrería de Scaramuzzelli

Título: La sastrería de Scaramuzzelli

Autora: Guillermo Borao

Editorial: Roca

Un libro bien escrito ya merece ser leído. Porque, no. No todos los libros están bien escritos, del mismo modo que no todos los escritores escriben bien. No me refiero a nada que tenga que ver con gustos ni preferencias, sino con el hecho de escribir. Con la ortografía, la gramática, la puntuación y, sobre todo (entendiendo que un escritor ha de hacerlo sin errores de ese tipo, aunque tampoco sea cierto) el lenguaje. Un libro escrito con un lenguaje cuidado, trabajado, pensado, seleccionado con mimo… Si eso ocurre, el libro ya tiene mucho ganado.

Si, además, por supuesto, la historia es interesante, los personajes son interesantes, sus interacciones son interesantes, las localizaciones son interesantes… Si eso ocurre, el libro ya tiene todo lo que tiene que tener. Está completo.

Y este libro está muy bien escrito porque Guillermo Borao escribe muy bien. Porque cree en la belleza del lenguaje y la muestra en cada frase. Porque cree en la fuerza de las palabras y las elige con pausa. Porque cree en la poesía, en el lenguaje poético, y lo pone al servicio de su prosa.

Y este libro, también, nos trae una historia, unos personajes (qué personajes), unas relaciones humanas y una localización que son una maravilla.

Porque Barros Scaramuzzelli. Porque Mercedes. Porque William Langhorne. Porque Leonardo… Qué bien comparten sus distintos protagonismos. Cómo son capaces de transmitirnos amor, celos, envidias… Y cómo nos muestran la forma en la que el poder y las apariencias (por parecer poderosos) ensombrecen a la humanidad hasta que todo se vuelve gris. 

Porque Tonleystone y la facilidad con que estamos allí, recorriendo sus calles, siendo un personaje más que observa, también, desde las ventanas. Y qué bonito es imaginarse allí, sobre todo si somos amantes confesos (como es mi caso) de todo lo que tenga que ver con el Reino Unido.

Da gusto, qué os voy a decir, saber que existen autores jóvenes que quieren escribir bien, que saben escribir bien, que no están más en la cantidad, sino en la calidad. 

Por suerte, además, contar con algunos detalles que solo quienes conocemos al autor sabemos, comprender mejor a algunos personajes, su forma de encarar la vida, lo que realmente importa en la historia es un regalo, y la historia se disfruta aún más.

Ya sabéis que, cuando reseño, no destripo los libros, sino que os cuento las impresiones que he tenido al leerlo, señalo algunos aspectos que me parecen importantes y os dejo algunos comentarios para que decidáis por vosotros mismos si os interesa el libro o no. Sabéis, también, que no reseño libros que considere malos porque, directamente, no los leo. Sabed, por último, que estoy seguro de que, si os gusta este tipo de novelas, la vais a disfrutar. Por lo preciosa que está escritaPor lo buena que es la historia. Hacedme caso.

Lo que más me ha gustado: esto está siendo más habitual de lo normal (qué le voy a hacer), pero he de volver a decir que, aunque haya puntos que me encantan, como el lenguaje, el personaje de Barros Scaramuzzelli o todo lo referente a la luz, me quedo con que, gracias a este libro y a la Feria del Libro de Murcia, pude conocer a Guillermo y contarlo ya entre mis amigos.

Lo que menos me ha gustado: por decir algo, diré que, al no estar ahora mismo tan habituado a leer novelas tan largas, me ha costado un poco tener la constancia que requiere. Tendré que volver a coger ritmo.

¿Conocíais el libro? 

Gracias y un abrazo para todos.

“Las historias terminan donde terminan la esperanza o la incógnita”.

Guillermo Borao, “La sastería de Scaramuzzelli”.

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Crítica: El océano al final del camino

Título: El océano al final del camino

Autor: Neil Gaiman

Editorial: Roca

Que Neil Gaiman es uno de los fundamentales en la literatura juvenil fantástica es sabido por todos (y no solo en ese género, no nos olvidemos de su maestría en el mundo del cómic), pero aún no había leído nada suyo. También es sabido por todos que, si entro en una librería, es muy raro que me contenga… Descubrí la librería “El olor de la lluvia”, entré (cómo no) y este libro estaba colocado en una mesita, esperándome, ofreciéndome mi primer Gaiman. No pude resistirme, lo compré y lo acabo de terminar de leer.

Antes de empezar con mi análisis, he de decir que la fantasía de Gaiman es, simplemente, maravillosa. Alejándose de niñerías y ñoñerías, sus historias son algo oscuras, algo tétricas, con la muerte acechando, con dolor, con sufrimiento, incluso de sus niños protagonistas. Quizá a algunos no os guste y prefiráis historias más edulcoradas, más típicas y con finales felices llenos de perdices. No es mi caso. Creo que este estilode Gaiman es uno de sus puntos más fuertes, y me encanta.

Sin más, os dejo con mis puntos fuertes y débiles.

Puntos fuertes:

La oscuridad: no puedo evitar que me encante que los temas oscuros aparezcan en libros escritos, en principio, para un público infantil y juvenil. Creo que, si desde la literatura fantástica, se tratan temas fundamentales como la tristeza, el sufrimiento e, incluso, la muerte, los niños y niñas que lean estos libros tendrán un aprendizaje emocional que no aparecerá si todo es bonito y perfecto.

El narrador en primera persona: aunque no creo que pudiera leer siempre en primera persona, me gusta más. Hay historias que, obviamente, tienen que usar la tercera persona con ese narrador omnisciente, pero la personalidad y cercanía que da la primera persona me gusta mucho más.

La magia: me encanta, me encanta, me encanta cómo se usa la magia en este libro. No quiero decir mucho por si os estropeo la historia, pero me ha parecido maravilloso cómo Gaiman usa la magia para construir este cuento (es, al fin y al cabo, un cuento).

Lo que más me ha gustado: que, gracias a este libro, he descubierto a Gaiman, que siempre recordaré esta historia precisamente por ese motivo y que Gaiman ha llegado a mi vida para quedarse.

Lo que menos me ha gustado: me cuesta sacarle algún punto negativo a este libro, si os soy sincero, así que creo que, en este aspecto, lo que menos me ha gustado es que he echado en falta algunas ilustraciones, porque habrían quedado genial.

A los que lo habéis leído, ¿qué opinión tenéis? A los que no, ¿creéis que lo haréis algún día?

Gracias y un abrazo para todos.

 

“No podía controlar el mundo en que vivía, no podía huir de las cosas, la gente o los momentos que me hacían daño, pero disfrutaba como un enano de lo que me hacía feliz”.

Neil Gaiman, en “El océano al final del camino”.