Crítica: La novia grulla

Título: La novia grulla

Autor: CJ Hauser

Editorial: Libros del Asteroide

Lo creáis o no, esta vez no me hice con este libro por mi amor incondicional y mi atracción irremediable por los libros de Asteroide, sino que ha sido otro préstamo, de nuevo de mi amiga María.

Es cierto que lo tenía apuntado para hacerme por él, pero ella me dijo que le había gustado y, aunque el dato tampoco es especialmente relevante para lo que cuenta el libro, sino que, más bien, es un pistoletazo de salida, las primeras palabras de la contracubierta me obligaron a pedírselo: “Diez días después de cancelar su boda, CJ Hauser se embarcó en una expedición a Texas para estudiar a la grulla trompetera. No pude remediarme.

Y, sí, el libro me ha gustado muchísimo. La vida de CJ Hauser es, desde luego, lo suficientemente interesante como para dejar testimonio de ella y, además, escribiendo sobre ella así de bien… era casi obligatorio hacerlo.

Con ese inicio de cancelación de boda y “huida” para estudiar grullas trompeteras en Texas (ay, Texas), Hauser hace un estudio minucioso y muy acertado sobre el amor. Sobre sus aproximaciones personales al amor, sí, pero muy extrapolables a muchas situaciones que todos hemos vivido alguna vez.

Amor. Desamor. Esperanza. Desilusión. Fortaleza. Ruina. Incredulidad. Ilusión. Y, también, familia, amistad, infancia… Un acercamiento a las relaciones personales desde una pluma muy bien afinada, con muchísimo humor, con sarcasmo, con frases a las que no puedes evitar volver o copiar y compartir en historias de Instagram (puede que sea el libro con el que más lo haya hecho).

Es una lectura fresca, aunque deja varios posos, como esas historias que te hacen sonreír o reír a carcajadas, pero que luego pinchan un poco porque narran momentos complicados, tristes, hirientes. Eso sí,Hauser nunca pierde la esperanza, como hemos de hacer nosotros. A pesar de los tropiezos, siempre halla la forma de ilusionarse de nuevo, incluso si el camino la lleva a estudiar aves.

Muy recomendado, sobre todo si vuestra vida amorosa (como la mía) deja un poco que desear, si acumuláis fracasos amorosos, si habéis pasado por rupturas, engaños y chascos y, aun así, seguís buscando luz en cada esquina.

Lo que más me ha gustado: la cantidad de citas que me han encantado.

Lo que menos me ha gustado: quizá, que la historia ha ido perdiendo un poco, que el principio me ha gustado mucho más que el final.

“[…] y comprendí que no era algo tan extraordinario que una persona entendiera lo que otra persona necesita”.

CJ Hauser

Crítica: El cielo es azul, la tierra blanca

Título: El cielo es azul, la tierra blanca

Autor: Hiromi Kawakami

Editorial: Acantilado

Premio Tanizaki

No acostumbro a releer libros (¡con todo lo que tengo por leer!), pero, esta vez, he hecho una excepción.

Leí este libro hace muchos, muchos años y, aunque sabía que me había gustado, lo cierto es que no lo recordaba muy bien. En mi necesidad de leer de vez en cuando literatura asiática, y al verme sin más opciones en casa, volví a este libro. Ha sido todo un acierto.

Después de no gustarme demasiado País de nieve, de Kawabata, esta historia tan bonita, tan sutil y tan japonesa me ha vuelto a leer uno de esos libros que dejan buen poso, que se disfrutan como el buen café, a pequeños sorbos, descubriendo aromas y sensaciones diferentes y agradables en el paladar con cada trago.

No curre gran cosa. La trama no es la de una novela negra. No te atrapa por lo que pueda ocurrir, sino por cómo ocurre. Cada vez tengo más claro lo que busco en un libro: que esté bien escrito, que me enamore el lenguaje, que las palabras estén bien escogidas. La historia, muchas veces, me da más o menos igual. No necesito grandes giros ni acontecimientos inesperados. Me vale con saborear la escritura. Solo eso.

Eso es lo que ha vuelto a ocurrirme al leer esta preciosidad de libro. 

Además, tanto los escenarios como los dos personajes principales son perfectos. Sin un millón de rincones ni aristas. Son los que son y son como son, desde el primer momento. Y, en su unión, esa perfección se hace más notable, más real, más atrayente. 

Una historia de amor creíble, tierna, tan de verdad que no deja lugar a interpretaciones. 

Lo mismo me ocurre con mi amor por la literatura japonesa, y este libro ha conseguido que esa historia se haga más larga, que ese amor se haga más grande.

Un libro para leer en calma, quizá con un té, quizá en un parque, quizá en un bar.

Un libro para leer y, por qué no, para releer, como yo he hecho.

Lo que más me ha gustado: sentirme tan bien al disfrutar de la lectura sabiendo que ya la había disfrutado antes, pues me ha hecho recordar a aquel joven lector que descubría nuevos países gracias a la literatura.

Lo que menos me ha gustado: este es uno de esos libros sobre los que no puedo decir nada negativo. Me gusta. Me gusta mucho.

–En eso consiste el amor –repetía la mujer–. Cuando tienes un gran amor, debes cuidarlo como si fuera una planta. Debes abonarlo y protegerlo de la nieve. Es muy importante tratarlo con esmero. Si el amor es pequeño, deja que se marchite hasta que se muera.

El cielo es azul, la tierra blanca, Hiromi Kawakami