Crítica: El cielo es azul, la tierra blanca

Título: El cielo es azul, la tierra blanca

Autor: Hiromi Kawakami

Editorial: Acantilado

Premio Tanizaki

No acostumbro a releer libros (¡con todo lo que tengo por leer!), pero, esta vez, he hecho una excepción.

Leí este libro hace muchos, muchos años y, aunque sabía que me había gustado, lo cierto es que no lo recordaba muy bien. En mi necesidad de leer de vez en cuando literatura asiática, y al verme sin más opciones en casa, volví a este libro. Ha sido todo un acierto.

Después de no gustarme demasiado País de nieve, de Kawabata, esta historia tan bonita, tan sutil y tan japonesa me ha vuelto a leer uno de esos libros que dejan buen poso, que se disfrutan como el buen café, a pequeños sorbos, descubriendo aromas y sensaciones diferentes y agradables en el paladar con cada trago.

No curre gran cosa. La trama no es la de una novela negra. No te atrapa por lo que pueda ocurrir, sino por cómo ocurre. Cada vez tengo más claro lo que busco en un libro: que esté bien escrito, que me enamore el lenguaje, que las palabras estén bien escogidas. La historia, muchas veces, me da más o menos igual. No necesito grandes giros ni acontecimientos inesperados. Me vale con saborear la escritura. Solo eso.

Eso es lo que ha vuelto a ocurrirme al leer esta preciosidad de libro. 

Además, tanto los escenarios como los dos personajes principales son perfectos. Sin un millón de rincones ni aristas. Son los que son y son como son, desde el primer momento. Y, en su unión, esa perfección se hace más notable, más real, más atrayente. 

Una historia de amor creíble, tierna, tan de verdad que no deja lugar a interpretaciones. 

Lo mismo me ocurre con mi amor por la literatura japonesa, y este libro ha conseguido que esa historia se haga más larga, que ese amor se haga más grande.

Un libro para leer en calma, quizá con un té, quizá en un parque, quizá en un bar.

Un libro para leer y, por qué no, para releer, como yo he hecho.

Lo que más me ha gustado: sentirme tan bien al disfrutar de la lectura sabiendo que ya la había disfrutado antes, pues me ha hecho recordar a aquel joven lector que descubría nuevos países gracias a la literatura.

Lo que menos me ha gustado: este es uno de esos libros sobre los que no puedo decir nada negativo. Me gusta. Me gusta mucho.

–En eso consiste el amor –repetía la mujer–. Cuando tienes un gran amor, debes cuidarlo como si fuera una planta. Debes abonarlo y protegerlo de la nieve. Es muy importante tratarlo con esmero. Si el amor es pequeño, deja que se marchite hasta que se muera.

El cielo es azul, la tierra blanca, Hiromi Kawakami

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