Crítica: Tránsito

Título: Tránsito

Autora: Rachel Cusk

Editorial: Libros del Asteroide

Todo aquel que vaya a Cáceres (o a Plasencia) tiene que pasar por una de las librerías más bonitas de España: La Puerta de Tannhäuser

Eso fue lo que hice yo y, por supuesto, me tuve que ir con algún libro. Como no tenía una idea clara, fui a ver las editoriales que casi nunca me fallan y, cómo no, acabé en Libros del Asteroide. “Tránsito” fue mi libro elegido. Una vez más, no me han decepcionado.

No conocía ni el libro ni a la autora, pero, además de parecerme interesante con las palabras de la contra, me apetecía leer a una autora canadiense cuya vida ha acontecido casi por completo en Reino Unido (ya sabéis mi amor por lo británico). Como muestra de lo que digo, la primera frase que se puede leer en la contra es “Tras una dolorosa ruptura sentimental, una escritora se muda a Londres con sus dos hijos”. ¿Cómo no lo iba a leer?

Y de eso trata. De la superación de una ruptura, de habituarse a una nueva vida, a un nuevo hogar, a personas nuevas. De saberse hundido y luchar entre volver a erguirte o dejarte arrastrar por la corriente. Del agotamiento en contraposición a las ganas de volver a ser feliz. De la vida y sus altibajos, al fin y al cabo, de cómo encajar los duelos en el intento de tratar de sentirnos bien.

Además del tema (muy mío, por desgracia), está maravillosamente bien escrito, con reflexiones y frases que me han hecho tener que parar para apuntarlas, porque son una preciosidad. Algunos ejemplos, para que también las disfrutéis vosotros y vosotras, son:

“Nos hemos vuelto crueles, con nosotros mismos y con los demás, por creer que, al final, no valemos nada”.

“[…] sea lo que sea lo que queramos pensar de nosotros mismos, no somos sino el resultado del trato que hemos recibido por parte de los demás”.

“Su fallo había dado lugar a una pérdida, y la pérdida era el umbral de la libertad”.

 “La historia de la soledad era mucho más antigua que la historia de la vida”.

No me digáis que no son para anotarlas y releerlas una y otra vez…

En definitiva, un libro que me ha gustado muchísimo, una lectura de distintas “escenas” (he tenido la sensación de que, aunque no sea así, cada capítulo podría leerse por separado y tener todo el sentido, como si fueran relatos independientes) que nos acerca a esos sentimientos que también existen y que forman parte de nuestra existencia, sentimientos que hay que reconocer, asumir y sobrepasar, con todo lo que ello implica.

Lo que más me ha gustado: todas esas frases, con las que me identifico tanto.

Lo que menos me ha gustado: enterarme de que es una trilogía y que este es el segundo libro… Aunque, la verdad, me ha gustado tanto que no sé si leeré el resto. Quizá, dentro de un tiempo.

“Tal vez nuestras heridas sean el único lugar en el que puede arraigar el futuro”.

Rachel Cusk

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