Título: Welcome to mí
Autor: Eduardo Herrera Baullosa
Editorial: Cuadernos del laberinto
Adquirido en: caseta de Cuadernos del laberinto en la Feria del Libro de Madrid
A Eduardo lo conocí por las redes sociales gracias (qué raro) a Manuel Francisco Reina, y conectamos desde el primer segundo. Será que los dos amamos la poesía, que eso siempre une mucho.
Mi alegría llegó al ver que compartiríamos la antología “Laberinto breve de la imaginación”. Ya sabéis que me gusta rodearme de buenas personas y de buenos poetas.
Este libro, “Welcome to mí” lo adquirí, como indico, en la caseta de la editorial en la feria. De hecho, fui el primer en comprarlo. Tengo el primer ejemplar vendido de este poemario, y dedicado por el autor. Una joya en toda regla.
Siendo sincero, poco podía fallar. Editorial que me gusta. Una preciosa contra del propio Manuel Francisco Reina. Un autor del que sabía que podía fiarme. El resultado no podía ser otro: un libro maravilloso al que querré volver una y otra vez.
Además, con esa suerte mía, pude conocer a Eduardo, pasear por la feria (esto queda un poco Rocío Jurado, sí, “qué no daría yo…”), escuchar a Antonio Gamoneda, a Ana Blandiana y a otros y otras poetas de España y Rumanía, compartir cena, vino, anécdotas, poesía y sonrisas. Y cariño. Porque es un tío estupendo y, en una sola tarde, me llevé a un amigo que será para siempre. Un amigo que me trajo la poesía, algo que, últimamente, no me deja de ocurrir.
No sé cómo seguís leyendo mis reseñas, con lo que me enrollo…
En cuanto al libro solo puedo decir que es un librazo. Casi cien poemas (ahí es nada) en los que se tratan temas como el dolor, el sexo y la sexualidad, la infancia, el maltrato, la muerte… Temas que se tratan sin velos, sin ningún tipo de pudor ni eufemismos, algo que, al menos yo, agradezco en la poesía.
La forma de escribir de Eduardo, además de valiente y sincera, es original por esa mezcla de vocablos españoles, cubanos y norteamericanos; por esos juegos con paréntesis y guiones que nos hacen detenernos en algunos términos; por el uso de símbolos hermosos, potentes, vitales.
Un buenísimo poemario de un buenísimo poeta. Un acierto esta bienvenida a la vida de un autor fundamental ya para mí.
Un poemario, además, con una edición muy bonita y cuidada de manos de Cuadernos del laberinto.
Para abrir apetito, os dejo algunos de los versos que más me han gustado:
Del poema El otro
La cama y su vacío excéntrico como único resguardo.
Del poema Hábito de la (super)vivencia
por eso la próxima vez que me echen a los perros,
me pondré a lamer el dolor, rozando a toda costa
la parte más deliciosa de la herida.
Del poema Estafa
Una casa sin muertos no es un lugar seguro.
Pondría cien versos más, pero creo que es mejor que los descubráis junto al resto del poema.
Dicho esto, voy con mi análisis con lo que más y lo que menos me ha gustado del libro.
Lo que más me ha gustado: aunque la poesía es brutal y aunque la edición me encanta, me tengo que quedar con la persona. Con Eduardo. Me quedo con él.
Lo que menos me ha gustado: poco tengo que decir, pero, por poner algo, diré que hay algo bueno en este poemario que, quizá, encaje (para mí) en esta parte. Como he dicho, son casi cien poemas. Algo a lo que no estoy acostumbrado y que, con el tiempo mínimo que tengo, he tenido que leerlo en demasiadas tandas. Y, creedme, me habría encantado poder leerlo del tirón. Pero ya os digo que habría leído otros cien poemas más.
¿Conocéis al autor? Si no es así, ¿buscaréis leer algo suyo?
¡Un abrazo!
“Abro bien los ojos y el silencio me parece demasiado obvio”.
Fragmento de “Col-millo de leche”, Eduardo Herrera Baullosa