Los clichés en la literatura fantástica

Hace ya un tiempo que leí acerca de los clichés de la literatura fantástica y de lo malos, malísimos que son. Hay que evitarlos a toda costa. Si los usas, eres un escritor malísimo que no merece ser leído. Los libros que los contienen no deberían existir.

Sí, vale, tiendo a exagerar al máximo para expresar después mi punto de vista y, como quiero que me entendáis, necesitaba un primer párrafo así de contundente.

Los clichés (o aquellos elementos que, por usados con frecuencia, se convierten en algo negativo) en la fantasía son, básicamente, estos:

  • Héroe huérfano
  • El elegido
  • El mentor anciano
  • La gente buena es guapa; la gente fea es mala
  • Mujeres florero y prescindibles
  • Heridas irreales que dejan que el protagonista siga luchando
  • El amigo grande y torpe que ayuda al protagonista
  • Objeto que, si tiene el villano, cambiaría el rumbo del mundo
  • Hadas, elfos y gnomos

Esta lista la he obtenido del vídeo de Ana González Duque en su canal de YouTube, del que os dejo el vídeo a continuación:

https://www.youtube.com/watch?v=_I7ZLT9utEM

Con todo el cariño y el respeto que le tengo a Ana, voy a hacer algo que ella pide en cuanto a los clichés: retorcerlos. Pero no voy a retorcer esos clichés, sino los argumentos de que son malos, malísimos y que hay que evitarlos a toda costa o, al menos, cambiarlos y darles un giro distinto.

Yo voy a reivindicar el papel del cliché en la literatura fantástica y lo voy a hacer con dos ejemplos claros, dos de las sagas de fantasía más exitosas de la historia: El Señor de los Anillos y Harry Potter.

Tanto Frodo como Harry son huérfanos; son los elegidos; tienen un mentor anciano con una barba bien larga y bien blanca (Gandalf y Dumbledore); les pasa de todo, nunca mueren (¡o hasta mueren y vuelven a la vida!) y siguen luchando; tienen un amigo grande y/ o torpe que los ayuda (Sam y Hagrid); intentan que los malos no encuentren el/ los objeto/ s con el/ los que cambiarían el rumbo del mundo (el anillo único o los horrocruxes); tienen criaturas fantásticas como gnomos, elfos y demás. Los clichés de gente buena y guapa o mala y fea y de las mujeres florero, por suerte, creo que han cambiado y que cada vez hay más protagonistas que no los cumplen, y esos clichés sí creo que deben evitarse. Pero, ¿el resto? He elegido estas dos sagas por conocidas, aclamadas y exitosas, pero podría nombrar mil más en las que se repiten casi todos estos clichés. No están retorcidos. Son esos mismos clichés, tal cual se nombran, incluso exagerados, y… ¡son dos sagas espectaculares! ¿Son malos libros por caer en casi todos estos clichés? ¿Son J. R. R. Tolkien o J. K. Rowling malos escritores por usarlos de una forma tan evidente? ¿Somos sus lectores bobos por amar sus obras, plagadas de clichés?

Sinceramente, creo que, con este tema, caemos un poco en algo que, desde mi punto de vista, es un error: querer teorizarlo todo, “manualizarlo” todo, hacer listas de todo y cubrir todo bajo el mismo paraguas. No creo que la calidad de un libro de fantasía dependa de si incluye o no estos clichés o el grado en que, si los tiene, los retuerza (a la vista está solo con dos ejemplos), sino de otros muchos factores que dependen más de la valía de los autores que de si cumplen las normas teóricas (y, muchas veces, ridículas) de la literatura. Yo he leído libros con clichés que me han encantado, libros con clichés que son infumables, libros sin clichés alucinantes (aunque no recuerdo ninguno que no tuviera, aunque fuera, uno solo) y libros sin ellos horrorosos. No me he parado a pensar en si esos libros cumplen o no esas normas. No me han gustado porque eran malos, aburridos, estaban mal escritos, eran demasiado obvios, no me aportaban nada nuevo… La “culpa” de que un libro sea bueno o malo no depende de esos clichés. Es más, me atrevo a decir que los clichés son, en cierto modo, necesarios. Muchos lectores de fantasía queremos que un joven con pocos recursos termine siendo un héroe; que, para ello, tenga un mentor como Gandalf o Dumbledore; que pueda luchar hasta el final; que tenga compañeros menos hábiles que ellos y no por ello menos valiosos… Harry Potter no sería Harry Potter sin todos esos clichés, igual que ocurriría con El Señor de los Anillos, Las Crónicas de Narnia, La historia interminable, Memorias de Idhún, los libros de Rick Riordan y otros tantos que caen en muchos de ellos.

Por todo ello, al contrario que los detractores de los clichés, yo voy a romper una lanza a su favor, apoyándome en todas las historias maravillosas que he leído y que, aun conteniendo millones de ellos, me han encantado y me han hecho vivir las mejores aventuras posibles.

Y, vosotros, ¿qué opinión tenéis sobre este tema?

Un abrazo para todos, ¡espero vuestros comentarios!

“Los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos”.

Gilbert Keith Chesterton

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