Critica: Breve tratado sobre la soledad

Título: Breve tratado de la soledad

Autora: Mario Satz

Editorial: Kairós

Cuando veo más o menos claro sobre qué voy a escribir, procuro hacerme con lecturas que puedan ayudarme a encontrar el conocimiento necesario, que me regalen citas, queme guíen a lo largo del camino.

Además, el tema (o los temas) que estoy tratando en el poemario que estoy escribiendo ahora mismo es (son), también, una muestra clara de cómo está mi vida ahora, de cómo estoy yo ahora. Sin enrollarme más de la cuenta, estoy en un momento vital que me pide calma, pausa, silencio, soledad, sombra. Con todo eso, esta lectura era casi obligada.

No es la primera vez que leo a Mario Satz y, estoy seguro, no va a ser la última. Cada vez me gusta más leer ensayos, será por esa obsesión mía por aprender, y Satz es un maestro del ensayo. Eso sí, el libro, como tantas otras veces, se apareció ante mí sin yo buscarlo, aunque necesitara, como es obvio, absolutamente necesario.

Este tratado sobre la soledad nos lleva de la mano por distintas religiones, tradiciones y culturas que hacen de la soledad un modo de vida. A través de un sinfín de hechos históricos, anécdotaspersonajes e historias, Satz nos explica por qué saber estar solos, buscar la paz interior, encontrar la tranquilidad son procesos complicados, no siempre comprendidos, pero muy recomendables. Además, como buen estudioso, el autor nos regala el origen etimológico de muchas palabras, algo que siempre me ha parecido muy interesante, pues es, también, nuestro origen.

Una lectura que reclama esa soledad de la que habla, ese recogimiento y una disposición a plantearnos si estamos en el punto que queremos, si nuestra vida nos convence, si necesitamos parar, aminorar el ritmo, respirar.

En un mundo que cada vez es más exigente, más demandante, menos paciente, lecturas así son un oasis. Aprendizajes así son un nuevo oxígeno.

Lo que más me ha gustado: lo que me llevo aprendido, sin duda.

Lo que menos me ha gustado: quizá, aunque era necesario para un ensayo así, demasiada religión para mí.

El meditador debe tener, durante los primeros pasos, a la soledad por compañera.

Mario Satz