Título: Cuaderno de memorias coloniales
Autora: Isabela Figueiredo
Editorial: Libros del Asteroide
Hace algunos días pasé por la puerta de la librería La Central, en Callao, y, si bien nada tiene que ver con la majestuosidad de la librería que fue en su momento (ese edificio con varias plantas, con el patio central, la cafetería, la capilla… menuda preciosidad era), se sigue manteniendo fiel a la idea de ofrecer buena literatura a sus clientes, entre los que me encuentro.
Pasé buscando un libro de poesía (que también me llevé), pero mis ojos no pudieron evitar fijarse en este otro. Ya ha quedado claro que estoy enamorado de esta editorial y que, muchas veces, voy directo a su colección si me apetece leer algo fuera de lo que todo el mundo lee. De momento, no me he equivocado. Todo lo que he leído suyo me ha encantado, y esta elección se suma a todos esos aciertos.
Hacía ya tiempo (porque tuve una compañera de trabajo que nació allí) que quería leer sobre Mozambique y su etapa colonial, sobre el colonialismo portugués, y esta fue la ocasión perfecta.
Es una novela breve, sencilla, agradable de leer porque la narración es brillante, porque está llena de anécdotas contadas desde la inocencia de una niña (la propia escritora) que se convierte en una preciosidad de personaje, que lucha sin pretenderlo contra el racismo y la crueldad, que se mezcla con sus semejantes sin importarle su piel oscura, que es la voz de la razón en una sociedad (la colonialista) desrazonada.
No es un libro de historia (ahora, qué remedio, quiero leer mucho más sobre esa etapa en Mozambique), sino las memorias de Isabela Figueiredo, su memoria, sus recuerdos. Su confesión sobre lo que vio y vivió, sobre cómo era la vida de los colonizadores y, sobre todo, sobre cómo era la vida de los colonizados.
Un muy buen primer acercamiento a ese momento de la historia que no queda tan lejos como parece.
Una lectura muy recomendable, sin duda.
Lo que más me ha gustado: empezar a leer sobre Mozambique y su relación con Portugal.
Lo que menos me ha gustado: que me va a tocar leer mucho más sobre ello.
“Un libro era una tierra justa”.
Isabela Figueiredo
