Título: Memoria por correspondencia
Autor: Emma Reyes
Editorial: Libros del Asteroide
Este tiempo lleva conmigo algo más de un año.
Me lo dejó mi vecina María (esa vecina con la que comparto, entre otras cosas, libros), lo empecé el verano pasado y, sin saber muy bien por qué, lo he acabado un año después.
Digo que no sé por qué porque es un libro fantástico. Una lectura para disfrutar de principio a fin, tierna, inocente, interesante, amena… De verdad os lo digo, un libro espléndido, pero lo dejé a medias, fue amontonando polvo y me he tomado muy tiempo para terminarlo.
Llevaba más o menos la mitad y he tardado un par de días en terminarlo. Ay, tiempo, qué caprichoso eres…
El libro es un conjunto de cartas que la artista colombiana Emma Reyes le envió a su amigo, el intelectual Germán Arciniegas, en las que le narra sus vivencias infantiles. Este amigo, conmocionado por su historia, se las enseñó al gran Gabriel García Márquez, quien se enamoró de ellas.
Con el permiso de Reyes para publicar las cartas tras su muerte, y con la decisión de donar los ingresos generados a la Fundación Hogar San Mauricio, Arciniegas cumplió su palabra y esta historia se convirtió desde que vio la luz en uno de los libros más importantes de la literatura iberoamericana.
La historia de Emma Reyes (os recomiendo buscar información sobre ella, además de leer el libro) es atroz. Es una historia triste, dura, miserable, dolorosa… Y, sin embargo, la dulzura en la narración, la inocencia infantil que palpita en las cartas, el humor que rebosa en tantos comentarios y tantas anécdotas hacen que ese dolor se diluya, en parte, y quede una sensación agradable al saber que, a pesar de todo, esa niña consiguió salir adelante y obtener un lugar privilegiado entre los artistas de Colombia, de Latinoamérica y de todo el mundo.
Todo, como digo, a través de la correspondencia que le envió Reyes a Arciniegas. Veintitrés cartas repletas de todo lujo de detalles, sin ninguna pretensión (Emma Reyes fue analfabeta hasta los dieciocho años), plagada de errores que no importan ni una pizca y que incluso se agradecen porque le dan a la historia mayor realismo y crudeza.
Llevaba tiempo sin decirlo, así que tengo que hacerlo: MARAVILLA de libro.
Muy, muy, muy recomendable.
Como siempre, y también hay que decirlo, perfectamente editado por Libros del Asteroide.
Lo que más me ha gustado: me quedo con la ternura. Con cómo una niñez tan horrible puede ser narrada de una forma tan tierna e inocente. Sencillamente espectacular.
Lo que menos me ha gustado: el paréntesis tan grande que he dejado entre que lo empecé y el momento en que lo he terminado, porque me cortó la historia y eso nunca es bueno.
Mi sensación final es que es un libro perfecto para recomendar y para regalar, algo que siempre viene bien. Para empezar, os lo recomiendo a vosotrxs. Estoy seguro de que os gustará.
“Estaba tan feliz que me volví payaso”.
Emma Reyes, Memoria por correspondencia